IHD dice que los prisioneros en Elaziğ son amenazados con tortura

La Asociación de Derechos Humanos visitó Elaziğ Campus Prison y dijo que no se habían adoptado medidas para contener la pandemia de coronavirus y que las torturas continuaban.

La Subdivisión de Amed de la Asociación de Derechos Humanos (IHD) emitió una declaración escrita sobre la visita que realizó a la Prisión de Elaziğ.

La declaración dice: "Los prisioneros han denunciado el hecho de que los teléfonos que se usan para comunicarse con sus familias no se limpian a menudo y dijeron que esto también podría conducir a la transmisión del coronavirus en la prisión. Añadieron que durante los registros de las celdas, unos 5 guardias entran en las celdas sin respetar el distanciamiento social".

La declaración añade: "Los presos dijeron que, durante un registro general hace 3 semanas, un preso llamado Yusuf Acinoğlu fue atacado físicamente por los guardias; presentaron una denuncia penal a la oficina del fiscal sobre este asunto".

La declaración continúa: "Los prisioneros declararon que adquirieron materiales de limpieza y desinfección personal con sus propios medios durante el proceso de la pandemia, y que la máquina de afeitar no les fue entregada debido a la pandemia. Por esta razón, se supo que usaban navajas para afeitarse el pelo y la barba. También informaron que los deportes y las actividades sociales se suspendieron debido a la pandemia".

Las reclusas entrevistadas declararon que siguieron esposadas durante el traslado al hospital. Aparte de esta queja, declararon que las comidas eran de mala calidad, el tiempo en exterior se redujo a la mitad y el derecho a hablar durante 10 minutos con dos números de teléfono diferentes por semana se cambió a 20 minutos con un solo número después de la pandemia. Además, hubo quejas sobre los precios de las cantinas, demasiado altos".

El IHD también enumeró lo que se debe hacer de la siguiente manera:

"Los suministros de limpieza deben ser entregados a los prisioneros de manera urgente y gratuita. Las áreas asignadas al uso de los prisioneros deben ser desinfectadas diariamente.

Las esposas de los prisioneros durante las remisiones hospitalarias deben ser abandonadas. Teniendo en cuenta las condiciones de la pandemia, cabe señalar que esta práctica aumenta el riesgo de transmisión de la enfermedad.

Deberían levantarse las restricciones telefónicas; deberían proporcionarse los servicios necesarios para que los reclusos puedan practicar deportes y actividades sociales. Es necesario investigar las denuncias de tortura y malos tratos expuestas por los reclusos y adoptar las consiguientes medidas disciplinarias contra el personal involucrado en ellas".