Las violaciones de los derechos en Turquía han alcanzado su punto álgido con la pandemia del coronavirus, según Fatin Kanat, presidente de la oficina de la Asociación de Derechos Humanos del IHD en Ankara. El gobierno está usando el virus como un medio para ejercer el poder, dijo Kanat a ANF en una evaluación de 2020.

Según Kanat, las violaciones más graves de los derechos se están produciendo en las cárceles de Turquía y Kurdistán: "Incluso los derechos humanos básicos son ignorados. La gente experimenta un trato pobre y degradante. Se les niega el derecho al contacto social y a la correspondencia".

Kanat señaló que Turquía sigue gobernando con arreglo a las disposiciones del estado de emergencia. "En el Kurdistán, ha surgido un panorama muy malo desde las elecciones locales de 2019. Casi todos los alcaldes han sido reemplazados por fideicomisarios sin justificación legal. Esto indica a los kurdos que no se les reconoce el derecho de voto. Las reuniones y manifestaciones están prohibidas. El estado de emergencia declarado en el intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016, se continúa con una nueva resolución después de haber sido levantado", dijo el activista de derechos humanos.

En cuanto al aislamiento de Abdullah Öcalan, Kanat explicó que los derechos establecidos en la constitución sólo existen en el papel, diciendo: "El confinamiento en solitario es una grave violación de los derechos. El aislamiento puede ser el resultado de la política sobre las prisiones de tipo F, pero incluso en lo que respecta a esta forma de encarcelamiento, hay acuerdos internacionales que han sido ratificados por Turquía. Dado que el Gobierno ni siquiera reconoce su propia constitución, estos acuerdos también pueden ser violados con facilidad. El aislamiento se ha extendido a todas las prisiones y la situación ha empeorado con la pandemia. La pandemia se utiliza como justificación. Como Europa ignora esta situación y no presiona a Turquía, todo sigue así".