Tras el asesinato de la joven kurda Jina Amini en Teherán en septiembre de 2022, la violencia estatal para reprimir el levantamiento popular sin precedentes sigue en aumento.

Ahora, una niña de 12 años llamada Melika Borji ha sucumbido a sus heridas menos de cuatro meses después de recibir dos disparos de las fuerzas policiales iraníes en la ciudad de Karaj, el 16 de marzo.

La niña recibió uno de los disparos en la cabeza. Según informes iraníes, murió en el hospital.

Cientos de personas han muerto a manos de las fuerzas estatales iraníes desde septiembre.

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