Alemania refuerza sus lazos militares con Turquía e ignora la preocupación por los derechos humanos

Alemania está reforzando la cooperación militar con Turquía tras una reunión entre el canciller Scholz y el presidente Erdoğan, a pesar de las continuas violaciones de los derechos humanos por parte de Turquía, especialmente contra las comunidades kurdas.

RELACIONES GERMANO-TURCAS

El canciller alemán, Olaf Scholz, se reunió el sábado en Estambul con el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, para tratar la ampliación de la cooperación en materia de defensa y los acuerdos de deportación. A pesar del deterioro del historial de Turquía en materia de derechos humanos -en particular su represión de la oposición política y de la población kurda-, Alemania ha seguido reforzando los lazos militares con el gobierno de Erdoğan.

Tras la reunión, Scholz confirmó que ambos países habían acordado reforzar su cooperación en materia de seguridad y defensa. Esto se produce poco después de que Alemania aprobara la exportación de armas a Turquía por valor de 336 millones de dólares, una medida que ha suscitado duras críticas de grupos de derechos humanos. Turquía, que ha sido acusada de crímenes de guerra en el norte de Siria e Irak, ataca regularmente a las poblaciones kurdas en sus operaciones militares.

Grupos de derechos kurdos, entre ellos KON-MED y Civaka Azad, denunciaron la visita de Scholz y el fortalecimiento de los lazos con Turquía. «Al apoyar las deportaciones y los acuerdos militares con Turquía, el gobierno alemán es cómplice de la represión de Erdoğan», afirmó Civaka Azad en un comunicado. También condenaron la política de deportaciones de Alemania, que ha hecho que solicitantes de asilo kurdos sean devueltos a Turquía, donde corren el riesgo de sufrir tortura y encarcelamiento.

«Deportar a refugiados kurdos a un país donde son perseguidos sistemáticamente es una violación de los derechos humanos», añade el comunicado, que insta a Alemania a detener inmediatamente las expulsiones. Más del 84% de las solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos turcos en Alemania el año pasado eran de kurdos, muchos de ellos huyendo de la represión política.

La visita de Scholz se produce también en un momento en que Turquía se enfrenta a crecientes críticas internacionales por su trato a los presos y activistas políticos. Miles de políticos, periodistas y activistas kurdos siguen encarcelados en Turquía, a menudo en duras condiciones. La ONU ha documentado un aumento de los casos de tortura, y Turquía sigue ocupando un mal lugar en los índices mundiales de Estado de derecho y libertades civiles.

Durante las conversaciones de hoy, Erdoğan elogió el compromiso de Alemania con los lazos bilaterales, afirmando: «Estamos dejando atrás nuestros retos del pasado y avanzando en nuestra asociación.» Sin embargo, los críticos sostienen que Alemania está dando prioridad a la cooperación económica y en materia de seguridad por encima de los graves problemas de derechos humanos.

En las conversaciones también se abordaron las actividades militares de Turquía en Oriente Medio. Erdoğan reiteró su postura contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que calificó de amenaza tanto para Turquía como para Europa. Scholz no abordó públicamente las cuestiones de derechos humanos ni las medidas represivas internas de Turquía, lo que ha generado frustración entre las organizaciones de derechos humanos.

Activistas kurdos y analistas políticos han expresado su preocupación por que las exportaciones de armas de Alemania a Turquía desestabilicen aún más la región y agraven el sufrimiento de las poblaciones kurdas. «Al seguir apoyando militarmente a Turquía, Alemania está permitiendo que el gobierno de Erdoğan continúe con su opresión», decía la declaración de Civaka Azad.