"Jin, jiyan, azadi" cobra vida en estas tierras
Las y los niños kurdos luchan para que el llanto de las madres no se quede sólo en lamentos. Las mujeres kurdas luchan en las montañas para recordar a las madres Taybet y Aqîde.
Las y los niños kurdos luchan para que el llanto de las madres no se quede sólo en lamentos. Las mujeres kurdas luchan en las montañas para recordar a las madres Taybet y Aqîde.
Cada persona tiene un parecido con la tierra donde ha nacido y crecido. Las personas crecen con el color de su propia tierra. Siguen el ritmo de las aguas de su país. Especialmente si se trata de una región llena de luchas, sus vidas están protagonizadas por luchas al igual que Sara y otros. Una lucha que es justa y persistente hasta el final...
Hay un vínculo tremendo entre la mujer y la tierra. Porque la tierra es vida, madre y creadora. Por eso, si la mujer es apartada de las tierras en las que vive, se rebela. Esta revuelta se expresa a veces con lamentos, a veces con llantos y a veces con luchas. Pero la revuelta se mantiene en el tiempo, convirtiéndose en una gran guerra. Porque las mujeres son una rebelión contra la victimización. Ni la tierra ni las mujeres aceptarán jamás la victimización.
Las mujeres en las tierras de Kurdistán
Echemos un vistazo a las tierras del Kurdistán, que está dividido en cuatro partes. Una tierra que todavía está sometida a la destrucción, y que el pueblo kurdo protege... El pueblo de las montañas... Y las valientes luchadoras del pueblo de la montaña... En épocas anteriores, cuando se silenciaba todo lo relacionado con la identidad kurda, nuestras madres y abuelas profetizaban en sus lamentos e historias que la revuelta acabaría llegando algún día. Ahora vivimos un periodo en el que la profecía se está cumpliendo.
Se han ido a su lugar original, las montañas. No lo han hecho para refugiarse o escapar de los perseguidores. Han ido a las montañas para luchar. Para vengarse de la tierra ocupada, de los amores libres que han desaparecido. Luchan por una lengua que ha sido destruida. Las y los niños kurdos luchan para que los arrebatos de las madres no se queden sólo en lamentos. Las mujeres kurdas luchan en las montañas para recordar a las madres Taybet y Aqîde. Por lo tanto, las mujeres kurdas no son víctimas en absoluto.
El estado turco que impone la victimización ha fracasado
Las revueltas y las luchas nunca han terminado en la historia de nuestra tierra. Como en todas las revueltas, el Estado turco que intentó imponer la victimización al Movimiento por la Libertad de los kurdos ha fracasado colosalmente. Un gran ejército de la OTAN, todo tipo de armas químicas en su inventario y un caso perdido... Las mujeres kurdas de pelo largo que luchan junto a sus compañeros en los túneles de batalla se rebelan ahora. Han luchado con tanta ferocidad que el ejército turco ha tenido que admitir que el "PKK es un movimiento de mujeres".
Los que imponen la victimización se han atascado en nuestra tierra. Son víctimas porque no pueden luchar. Son víctimas porque están tan desesperados como para quemar los cadáveres de sus propios soldados. Son víctimas de nuevo, porque las compañeras de Zelal y Esmer que lucharon en Heftanîn están luchando en las montañas de Zap. El ejército turco está atrapado en la risa de las revueltas de las mujeres kurdas.
Jin Jyan Azadi brota en nuestra tierra
Jin (mujer) da esperanza en esta tierra. Porque jin es jiyan (vida) en nuestra tierra. Las mujeres luchan para que jin y jiyan encuentren la vida en azadi (libertad). Esta es la época en la que la filosofía de 'jin, jiyan, azadi' alcanzará su punto álgido. El tiempo lo revela ahora.
Llega un momento en que una mujer se rebela para no ser capturada. Se lanza desde los puentes como Rindê. Llega el momento en que se lanza desde los acantilados, condenando la traición de su país como Berîtan. Llega un momento en que la revuelta crece con la acción de Rûken y Sara. En ese momento, la Mawa de pelo largo escuda su cuerpo contra la invasión. El tiempo se convierte en lo más importante... Es la hora de la libertad.