El 19 de julio marca el décimo aniversario del comienzo de la revolución de Rojava. Para conmemorar la ocasión, la Academia de Modernidad Democrática (AMD) ha hablado con Asya Abdullah, coordinadora del movimiento de mujeres en el norte y este de Siria, sobre la revolución de las mujeres y su historia.
-Queremos hablar hoy sobre la revolución de las mujeres en Rojava. Pero antes de todo, queremos saber cómo era la situación de las mujeres en Siria antes de la Revolución de Rojava. Por ejemplo, ¿era posible que las mujeres se organizaran de forma independiente bajo el régimen Baaz?
-El régimen Baaz, bajo la familia Assad, representa un sistema centralista, autoritario y patriarcal. Está diseñado para controlar a toda la sociedad, especialmente a las mujeres. Sin embargo, las organizaciones de mujeres en Siria tienen una larga tradición. En ese sentido, las asociaciones de mujeres existen desde 1915. Después de la transición a la República, se fundó el Sindicato de Mujeres Sirias como una asociación de mujeres del Partido Baaz; las miembros de este sindicato también tenían que ser miembros del Partido Baaz. En 2011, nosotras, como movimiento de mujeres kurdas, intentamos registrar algunas asociaciones sociales de mujeres. Para ello realizamos el proceso de registro necesario. Sin embargo, nos dijeron que, en caso de querer fundar una asociación, nuestros miembros también tenían que unirse al Partido Baaz como una obligación legal. El propósito estaba claro: las mujeres organizadas debían permanecer bajo el control del régimen. Por lo tanto, retiramos nuestros registros en ese momento.
La actitud del Partido Baaz hacia las mujeres era pragmática y se orientaba en gran medida hacia sacar beneficios. Por ejemplo, cuando una organización de mujeres realizaba su congreso, un hombre pronunciaba el discurso de apertura. Por lo tanto, para las mujeres que querían organizarse solo había dos opciones: unirse al Partido Baaz u organizarse ilegalmente. Pero las organizaciones ilegales de mujeres podían ser reprimidas y por este motivo decenas de mujeres de la oposición fueron detenidas.
-Sin embargo, a pesar de la posible represión, las mujeres de Rojava se han estado organizando durante todo este tiempo. ¿Puedes dividir este proceso de organización en diferentes etapas históricas y decirnos qué las distinguió?
-La historia del movimiento moderno de mujeres kurdas en Rojava y Siria se puede dividir en diferentes etapas. En la primera etapa, se llevó a cabo el clásico “trabajo de primera línea”. Es decir, mujeres organizadas con el espíritu de apoyar la lucha de liberación nacional. Pero las mujeres no solo se organizaron por la liberación nacional, sino también, y especialmente, por la liberación de género. El hecho de que la filosofía de Abdullah Öcalan se extendiera entre las mujeres tuvo una gran influencia en toda la sociedad. En 1990 y los años siguientes, el número de personas que se unieron al movimiento se disparó repentinamente. A principios de la década de 1990, las jóvenes de al menos el 80 por ciento de las aldeas kurdas se unieron a la lucha de liberación armada. Aumentó especialmente el número de mujeres que iban a las montañas. Por supuesto, esto también tuvo repercusiones en la sociedad.
Antes de que las mujeres fueran a las montañas, hacían trabajo educativo y de organización de base con otras mujeres. Hacían reuniones en las aldeas, hablaban sobre la filosofía de Öcalan y la organización de las mujeres. Las primeras reuniones separadas de mujeres tuvieron lugar en 1991. Las mujeres cuadro iban de aldea en aldea, de casa en casa y hablaban de las ideas de Öcalan sobre la liberación de la mujer. Por supuesto, todo ello no estuvo exento de problemas. Hubo muchos obstáculos que superar: por un lado, del régimen sirio, pero también de la sociedad reaccionaria del momento. Tanto la opresión estatal como la anti-propaganda no facilitaron que las mujeres de estos primeros tiempos organizaran la sociedad. Algunas mujeres tuvieron que luchar contra sus familias, especialmente sus padres y hermanos, para sumarse a la lucha. Pero superaron los obstáculos con gran fuerza de voluntad.
Los partidos políticos kurdos han existido en Siria desde 1958, y la mayoría de ellos operaban ilegalmente. Dentro de estos partidos, la influencia de las mujeres era mínima; estaban dirigidos por hombres. De hecho, estaba muy extendido el prejuicio de que las mujeres no podían trabajar ilegalmente porque no eran capaces de guardar secretos. Por ello, las mujeres apoyaron a sus partidos en todo lo que pudieron, pero no tomaron parte de las decisiones. Por ejemplo, cuando se hacían reuniones, las mujeres vigilaban en el exterior. Incluso hoy en día, muchos partidos no han cambiado realmente en este sentido. Debido a la revolución, los partidos deben aceptar y también implementar algunos cambios, por ejemplo, en lo que respecta a la representación y participación política de las mujeres.
La segunda fase del movimiento de mujeres kurdas en Rojava comenzó en 2005 con el establecimiento de Yekitiya Star, la primera organización de mujeres kurdas en Rojava y Siria. Junto con Yekitiya Star, el movimiento de mujeres adquirió un carácter organizado. A partir de entonces, el trabajo de las mujeres se realizó de acuerdo a un programa, con metas específicas y de manera organizada. En ese momento, la represión estatal fue muy fuerte y muchas mujeres fueron detenidas. Además, el régimen encabezó una guerra especial contra el movimiento de mujeres. En este sentido, el régimen trató de atacar el movimiento de mujeres a través de los valores de la sociedad. En Kobanê, por ejemplo, donde la población todavía pensaba de forma relativamente tradicional, las principales mujeres miembros de nuestro movimiento fueron trasladadas a Alepo para ser interrogadas. Algunas fueron arrestadas. Por ejemplo, Ayşe Efendi, ex copresidenta del Consejo Popular de Kobanê y esposa de Salih Muslim, estuvo encarcelada allí durante un año a principios de la década de 2000. El hecho de que las mujeres fueran trasladadas a la gran ciudad por fuerzas estatales sin escolta masculina, interrogadas allí y encarceladas, pretendía que la sociedad impidiera que sus mujeres se dedicaran al trabajo político. Además, si se detenía a una mujer, el Estado la denunciaba como traidora, aunque no hubiera confesado ni traicionado a sus compañeras durante el interrogatorio. Algunas mujeres fueron encarceladas para hacer de ellas un ejemplo. El servicio de inteligencia estatal hizo todo lo posible para empañar la imagen de las mujeres kurdas políticamente activas. Algunas mujeres desaparecieron bajo custodia estatal. Por ejemplo, Heval Xelat, originaria de Derik, fue arrestada en Afrin en 2004 y desde entonces está desaparecida.
No hubo una sola acción política en ese momento que no fuera atacada por el Estado. Ninguna acción terminó sin arrestos. Pero, aun así, la participación de las mujeres en las acciones era muy significativa. En términos de números, era incluso mayor que la de los hombres. En 2004 y 2005, la represión estatal en Afrin fue muy fuerte. Sin embargo, para que pudiéramos llevar a cabo acciones allí, mujeres mayores viajaron desde Alepo hasta Afrin. Las mujeres kurdas enfrentaron cualquier tipo de peligro para continuar su lucha y resistencia.
Por eso, las mujeres pudimos avanzar hacia la revolución de manera organizada desde el inicio. Porque, incluso antes de la revolución, habíamos establecido una base organizada. Como Yekitiya Star, ya teníamos nuestro propio sistema organizativo. Estábamos organizadas en todas partes, tanto en las ciudades kurdas como en las ciudades sirias. Teníamos nuestras socias, nuestras asambleas, nuestras resoluciones y nuestra red social. Además, incluso antes de que comenzara la revolución el 19 de julio de 2012, como Yekitiya Star, habíamos tenido extensas discusiones sobre cómo queríamos dar forma a la revolución que veíamos llegar. Una decisión estratégica que tomamos en ese momento fue que queríamos organizarnos como un movimiento de mujeres en todas partes, incluso en estructuras mixtas, con nuestra identidad autónoma. Por esta razón, las mujeres desempeñaron un papel de liderazgo cuando se formó el Consejo de Rojava. En el congreso del PYD (Partido de la Unión Democrática) en Qamishlo, introducimos el sistema de copresidencia. También nos preparamos en nuestras estructuras para construir estructuras de defensa autónomas. Esto, y mucho más, contribuyó a que las mujeres estuvieran a la vanguardia desde el mismo comienzo de la revolución. No había empezado la revolución que ya habíamos tomado nuestro lugar en ella. Incluso antes de la revolución, las mujeres jugaron un papel de liderazgo en la construcción del sistema. Las mujeres no solo fueron participantes sino fundadoras de esta revolución. Esto fortaleció y amplió su papel y también hizo que su carga fuera más difícil.
-Ya has introducido un poco el papel de la mujer en la revolución de Rojava. Nos gustaría saber desde tu visión nuevamente, ¿en qué áreas y de qué forma las mujeres han enriquecido la revolución de Rojava?
-De hecho, las mujeres han influido mucho en todas las áreas de la vida y la lucha. Por ejemplo, han desempeñado un papel destacado en la transición a la educación en lengua kurda. Incluso hoy en día, las mujeres son mayoría en el sector de la educación. En algunas áreas, nosotras como mujeres hemos podido liberarnos de una posición subordinada. La liberación de la sociedad y de la mujer no ha tenido lugar de forma separada. Nunca hemos dicho que lo uno sea más importante que lo otro, pero siempre hemos enfatizado que son mutuamente dependientes. Sobre todo, la lucha de autodefensa, liderada por las Unidades de Defensa de la Mujer (YPJ), ha sido fundamental para hacer avanzar la revolución de Rojava en forma de revolución de mujeres. Por primera vez, se ha establecido una organización autónoma de mujeres en el ámbito de la defensa y la seguridad. Esto ha fortalecido nuestra identidad autónoma como mujeres. El papel de liderazgo de las YPJ en la defensa de la revolución y nuestro sistema democrático, ha influido mucho en las mujeres, no solo en Rojava y Siria, sino en todo el mundo. El sistema de copresidencia ha eliminado la afirmación de que los géneros no son iguales. En ese sentido, el principio de copresidencia representa un gran paso para la democratización de la sociedad y de nuestro sistema político. Se ha convertido en una norma e influye en la sociedad y la familia. Las mujeres nos hemos organizado en los municipios y consejos tanto mixtos como autónomos; pasamos del sistema autónomo a las estructuras mixtas. Esto ha llevado a un fortalecimiento de las estructuras sociales en su conjunto. Así, cada vez más mujeres han participado en la lucha, que se basa no sólo en la resistencia, sino sobre todo en la construcción de estructuras sociales alternativas.
Otro punto muy importante es el papel de las leyes de la mujer. Estas se basan en la idea de que nosotras, como mujeres, tenemos que tomar decisiones que nos afectan a nosotras mismas. Normalmente, las leyes suelen servir a los intereses de los hombres. Pero hemos construido nuestro consejo de justicia. Contamos con instituciones que se encargan de monitorear la implementación de nuestros principios de justicia. Esta es otra área de lucha diaria. Porque en algunos lugares, durante la revolución, no solo estaba vigente la ley estatal siria, sino que la ley Sharia estaba presente. Además, la ley de clanes es muy fuerte en muchos lugares y nos impide implementar nuestro Contrato Social y los derechos de las mujeres. Por lo tanto, la revolución es un proceso de cambio gradual.
-Los logros de las mujeres en Rojava son innegables. Al mismo tiempo, están expuestos a múltiples ataques des de varios bandos. ¿Puedes decirnos cómo defienden sus logros como mujeres?
-Los logros de la revolución de las mujeres han sido atacados muchas veces y aún hoy nos enfrentamos con grandes peligros. No solo el Estado Islámico (ISIS) ha implementado feminicidios, sino que también hoy se están produciendo feminicidios en las ciudades ocupadas por Turquía. Cualquier logro de la revolución de las mujeres pretende ser anulado. Con este objetivo, se están haciendo planes para nuevos ataques por parte del Estado de ocupación turco.
Las mujeres tenemos una doble responsabilidad a la hora de defender y expandir la revolución. Al hacerlo, nos basamos, ante todo, en nuestra conciencia. La lucha por la transformación de los hombres es también, ante todo, nuestra responsabilidad; la sociedad se transforma y se libera bajo el liderazgo de las mujeres. Hoy, miles, incluso decenas de miles de mujeres, participan activamente en la revolución. Solo en educación hay 12.000 mujeres docentes. Las mujeres también superan en número a los hombres en el sector de la salud. Esto significa que decenas de miles de mujeres han dejado las cuatro paredes de sus casas y han asumido la responsabilidad de construir la sociedad. La revolución de Rojava es un proceso en curso y las mujeres juegan un papel determinante en él. Esto no tiene precedentes en Oriente Medio.
FUENTE: Academia de Modernidad Democrática