Los afectados y afectadas por las balas de goma llevan décadas de lucha para conseguir que se prohíba el uso extremadamente lesivo de proyectiles de energía cinética por parte de la policía. Sin embargo, hasta ayer no fueron recibidos en el Congreso donde tan sólo unos pocos diputados de Esquerra Republicana, EH Bildu, Unidas Podemos y CUP se acercaron a escuchar sus casos y sus demandas.
En el acto, en el que se presentó el Informe Stop Balas de Goma, participaron los afectados Ester Quintana, Carles Guillot, Roger Español y Aingeru Zudaire, de la plataforma Stop Balas de Goma, junto a Anaïs Franquesa del Centro de Defensa de Derechos Humanos Irídia y Serlinda Vigara del Instituto Nacional para la Acción Noviolenta NovAct.
Franquesa y Vigara presentaron el informe, que expone la afectación y los impactos que ha generado el uso de las balas de goma en el Estado español entre los años 2000 y 2020, y exigieron la prohibición de los proyectiles de energía cinética por su imprevisibilidad y aleatoriedad (con una desviación de hasta 20º), así como por su potencial lesivo y el incumplimiento de los estándares internacionales relativos al uso de la fuerza.
Ester Quintana, cuyo caso saltó a la opinión pública en 2012 tras perder el ojo por el impacto de un proyectil lanzado por los Mossos d’Esquadra en el marco de la huelga general del 14 de noviembre, señaló cómo a raíz de aquello se prohibió el uso de las balas de goma en Catalunya. Sin embargo, a día de hoy se desconoce si Quintana perdió el ojo por el impacto de una bala de goma o de una bala de foam, todavía utilizadas hoy por los Mossos. “Mi caso tenía que ser el último, pero no ha sido así”, lamentaba.
Después de la prohibición del uso de las balas de goma en Catalunya, se prohibieron también en Euskadi y Navarra. Pero para ello, además del mediático caso de Quintana, hubo que lamentar la muerte de Íñigo Cabacas en manos de la Ertzaintza ese mismo años. Cabacas se encontraba en una celebración futbolística cuando en una carga cerca del San Mamés un proyectil cinético le alcanzó en la cabeza.
Dirigiéndose a los diputados y diputadas, y señalando las altas dificultades de su proceso tras más de cinco años desde que perdió un ojo a consecuencia del disparo de una bala goma durante el Referéndum sobre la Independencia de Catalunya el 1 de octubre de 2017, Roger Español subrayó: “Que hoy estén aquí escuchando forma parte de nuestro proceso de reparación”. Con estas palabras, Español subrayó las enormes dificultades a las que se enfrentan los afectados y las afectadas, quienes atraviesan procesos judiciales en los que se niegan sus vivencias e incluso se les culpa de lo sucedido por encontrarse en el lugar y el momento indebidos. En su caso, a pesar de tener individualizado al agente y el momento del disparo, ni los mandos, ni los agentes presentes, ni el Cuerpo Nacional de Policía identificaron al autor.
De hecho, en ninguno de todos los casos registrados en el informe presentado se ha condenado al autor material del disparo.
Decenas de muertos y centenares de heridos desde la restauración de la democracia
Carles Guillot, quien perdió un ojo en manos de la Policía Nacional durante el desalojo de Can Nyoki el 17 de julio de 2011, aprovechó su intervención para poner nombre y apellidos a tantas víctimas de los proyectiles de energía cinética utilizados por la policía que todavía hoy no han recibido justicia ni reparación: “Las balas de goma se implementaron en el año 72. No hay registros de afectadas antes de la muerte del dictador, lo cual no debería sorprendernos. Los primeros datos que hemos podido conseguir se remontan al año 76.
Ese año quedaba tuerto el escritor y político Just Manuel Casero, y Juan Gabriel Rodrigo Knafo, de tan solo 19 años de edad murió al caer desde el balcón en el que se refugiaba después de recibir el impacto de una bala de goma.
Al año siguiente, murieron Pancho Egea, también de 19 años, José Aristizabal Lasa, Isidro Susperregui Aldako y Gustavo Frechen Solana por impactos de estos proyectiles. José Miguel Inda, de 40, recibió el impacto en un ojo y tuvo que ser intervenido de urgencia. A Rosario Garcia, una adolescente de 15 años, una bala le fracturó la clavícula, mientras que Rafael Valencia es herido de gravedad al recibir un impacto en la cabeza.
En 1978 Ginés Pérez Muñoz perdió un ojo y Gerard Parets es herido de gravedad.
Podríamos pensar que en esos años de la llamada transición el Estado aún no había podido reformar los cuerpos de seguridad, que seguían actuando como en los años de la dictadura.
Pero la lista de la vergüenza sigue. En 1979 murieron Ursino Gallego, de tan solo 14 años y Valentín Gonzalez Ramirez, de 21, mientras que José Maria Sierra es herido de gravedad por una bala de goma.
En 1981 muere María Asensio Morles de 32 años.
En 1983, Pello Mindegia, de 27 años, quedó ciego al perder la visión del único ojo que le quedaba por el impacto de uno de esos proyectiles.
En 1986, Juan Rascón perdió un ojo.
En 1987, Carmen Sopeña perdió también un ojo, y otras dos personas fueron heridas de gravedad en el ojo y en la pelvis.
En 1989, Rafael Ares Seoane perdió el ojo izquierdo.
En 1990, fue el turno de Juan de Dios Plata, que también perdió un ojo.
En 1993, Txuma Olaberri recibió el impacto de una bala de goma, que le provocó daños cerebrales para toda la vida
En 1994, Joanes Molina, de 16 años fue alcanzado también en un ojo.
En 1995, Rosa Zarra Martín murió por el impacto de esos proyectiles
En 1997 otro joven perdió un ojo.
Al año siguiente pierden un ojo José Antonio González y Francisco Marín Fernández.
Y entramos en el siglo XXI. En el año 2001, yo fui el primer mutilado por esas balas.
En el año 2009, Jordi Sallent, Óscar Alpuente, Jordi Naval pierden un ojo, mientras que Gerard Molins recibe el impacto en un oído y Edgar López en la caja torácica, lo que le produjo necrosis crónica en el corazón.
En el año 2010, Nicola Tanno quedó tuerto por el impacto de balas de goma.
En el año 2012 fue especialmente trágico. En marzo, Angelo Cilia y otro joven perdieron un ojo, mientras que otras 5 personas resultaron heridas de gravedad. En abril murió Iñigo Cabacas por el impacto de una bala de goma en la cabeza. En julio, Consolación Baudin resultó gravemente herida. En septiembre, perdía la visión de un ojo Aingueru Zudaire, que también nos acompaña hoy. Y en noviembre, era Ester Quintana quien quedaba mutilada.
En 2014, 15 personas murieron ahogadas en la playa de Tarajal mientras eran blanco de las balas de goma disparadas por la Guardia Civil. Además, una persona perdió un ojo y otra un testículo por el impacto de estos proyectiles.
En 2017, Roger Español perdió un ojo
Entre octubre y noviembre de 2019, 53 personas resultaron heridas por el impacto de proyectiles de energía cinética, es decir, balas de goma o de foam.
A mí me parece que esta lista es espeluznante”.
El caso de Guillot ha sido recurrido hasta Estrasburgo, agotando así todas las vías legales de su caso. Sin embargo, la respuesta del Tribunal de Estrasburgo fue el archivo de la demanda y la advertencia de que el funcionariado judicial europeo “no responderá ninguna nueva carta o llamada” en relación con este caso.
Reforma de la “Ley Mordaza”
Actualmente se debate en el Parlamento una reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, popularizada como “Ley Mordaza”. Los grupos parlamentarios ERC, Bildu, Más Páis, Compromís, UP, Junts y CUP, que apoyan la prohibición de los proyectiles de energía cinética, han puesto de relieve su intención de aprovechar este momento para introducir la demanda en el debate. Sin embargo, el Ministerio del Interior dio a conocer hace menos de un mes la compra de 60.000 nuevas unidades de balas de goma.
Maria Dantas, diputada por ERC y presente en el acto, puso de relieve los esfuerzos llevados a cabo para introducir la prohibición de las balas de goma en el debate parlamentario. Sin embargo, a ojos de los afectados y las afectadas los esfuerzos de los políticos siguen siendo escasos. Mientras Jon Iñarritu de Bildu aseguraba que para su grupo la prohibición de las balas de goma es una línea roja en el debate sobre la Ley Mordaza, Roger Español sugería que los grupos lo convirtieran en una línea roja en otros debates de mayor calado como el de los presupuestos generales. “Les ruego un poco de firmeza en este asunto”, recalcó.
Carles Guillot, por su parte, asumía que si en el Parlamento del Estado español Esquerra y Junts estaban de acuerdo en prohibir los proyectiles de energía cinética, prohibirían de inmediato las balas de foam en el Parlament de Catalunya donde presiden y suman mayoría junto a CUP.