El estado turco invasor y sus mercenarios cerraron la estación alouk, que suministraba agua a campamentos como Hol, Êriş y Washukani. La comunidad internacional, especialmente Rusia y Estados Unidos, guarda silencio. Hasta ahora, no se ha intentado abrir la estación y suministrar agua a Hesekê.

En declaraciones a la agencia de noticias ANHA, el copresidente de la Dirección de Agua del Cantón de Hesekê, Nidal Mehmud, indicó: “El estado turco cierra la estación de Alouk todos los días por diferentes razones. Sin embargo, esta estación debería estar permanentemente en actividad. La emisora ​​no debe utilizarse como instrumento de chantaje político. El estado turco debe retirarse de la estación de Alouk".

Para prevenir una crisis humanitaria, después de que se cortó el agua, la Dirección de Agua de Hesekê mantuvo conversaciones con la Cruz Roja, UNICEF y la ONU. El hecho de que la estación de agua esté cerrada durante la propagación del coronavirus causará graves problemas.

El Copresidente Mehmud dijo: “Las instituciones internacionales no cumplen con sus responsabilidades. Presentaron el pretexto de la electricidad y razones técnicas. Sin embargo, éste no es el caso. Los problemas técnicos y de infraestructura pueden ser resueltos por la Administración Autónoma. Pero el estado turco no lo permite".

Al recordar que el gobierno de Damasco es miembro de la ONU, Mehmud agregó: "El gobierno de Damasco debería exponer este crimen del estado turco a la ONU. Debería condenar al estado turco en la ONU. Cortar el agua en Hesekê es un grave problema con graves consecuencias".