El ejército turco y las milicias yihadistas aliadas han vuelto a atacar zonas residenciales de Manbij. Según el consejo militar del cantón de la región autónoma del norte y este de Siria, más de 70 obuses y morteros cayeron el jueves por la noche en siete pueblos al oeste y noroeste de la ciudad de Manbij. Hasta el momento no se ha informado de heridos, pero los ataques han causado daños materiales de una magnitud aún desconocida.

Manbij  está situada a 30 kilómetros al sur de la frontera turca y ocupa una posición estratégica clave en los planes de Turquía para ampliar su zona de ocupación ilegal en el norte de Siria. La ciudad, administrada por la Administración Autónoma Democrática del Norte y el Este de Siria (DAANES), está situada en la importante autopista M4, que atraviesa el norte de Siria como una vía de escape y era una ruta de suministro estratégica para el ISIS. Además del Consejo Militar de Manbij, el Enîya Kurdan (Frente Kurdo) y la Brigada Revolucionaria de Idlib también son responsables de la defensa de la región.

Desde que  el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan designó a Manbij como el principal objetivo de una nueva invasión del norte y este de Siria en 2022, la guerra de desgaste contra la ciudad se ha intensificado. Son habituales los ataques del ejército turco y de las milicias yihadistas aliadas, así como los intentos de infiltración, que se dirigen principalmente contra las zonas de asentamientos civiles con el objetivo de desplazar a la población. Las posiciones de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) también son objeto de ataques reiterados. La comunidad internacional ignora los crímenes de Turquía en su país vecino.