Suad Murad (Heza Sinjar), una mujer yazidí, secuestrada por el ISIS en Sinjar en 2014, consiguió escapar de su cautiverio y se unió a las filas de las YJS.
Hemos hablado con Heza Sinjar sobre sus experiencias y el momento actual.
"El ISIS secuestró a 25 mujeres de mi familia. Primero nos tiraron en una celda en Irak y después nos trajeron a Siria. Las mujeres, niños y personas mayores fueron de nuevo tirados en una celda. Tras un tiempo, las madres fueron separadas y el resto de mujeres jóvenes comenzaron a ser vendidas a los mercenarias”.
Sinjar ha continuado explicando su experiencia tras ser vendida:
“Alguien me compró como criada. Estuve sirviéndoles como esclava. Entonces juntaron a todas las mujeres yazidíes en un lugar. Los hicieron para organizar un mercado de mujeres yazidíes y sus hijas. El ISIS nos persiguió, golpeó y torturó. Hicieron todo tipo de males con todo tipo de armas. Las niñas yazidíes y las mujeres fuimos todas torturadas allí. Las niñas fueron separadas de sus madres, y les llevaron a Raqqa, su capital, ahí fueron vendidas. Después de que miles de mujeres yazidíes fueran vendidas en la Plaza Daim, cientos de ellas, torturadas, compradas y vendidas, se suicidaron.”
‘YPJ y YJŞ son una gran esperanza para las mujeres yazidíes'
Heza Sinjar ha dicho que una de las mujeres que se trató de suicidar para acabar con la persecución del ISIS fue ella misma. “He tratado de suicidarme tres veces. Una vez intentamos suicidarnos, nos estaban vendiendo de nuevo y en cualquier caso la violencia contra nosotras no iba a acabar”.
Sinjar explica como al final pudo reunir la confianza en si misma y con la ayuda de una familia consiguió escapar y ser liberada del YPJ-YJŞ.
“Tras mi liberación, fui a Sinjar. Pero era la idea de y filosofía de Önder Apo que nos dio apoyo en ese último genocidio”.
Heza Sinjar volvió a Raqqa, pero esta vez a luchar en las filas de las YJS. “Para las mujeres yazidíes, las YJS se convirtieron en una gran esperanza. Eran la voz y la respuesta de las mujeres yazidíes que fueron vendidas y compradas y sometidas a persecución. Cuando me uní a las YJS no fue solo por mi mismo, sino para vengar a miles de mujeres yazidíes que habían sido masacrados, así que fui a Raqqa y me uní a las YJS”.
Sinjar concluye su entrevista con ANF hablando sobre la cuestión candente ahora mismo que está debatiendo la comunidad internacional: donde juzgar a los mercenarios del ISIS.
“Luché en Raqqa, el mismo lugar en el que fui vendida y comprada. Quiero señalar que como mujer yazidí sometida a esa crueldad y tortura, me vengué como joven cuando me uní a las YJS. Pero quiero que los mercenarios del ISIS sean juzgados en las tierras en las que cometieron los crímenes”.