El 23 de octubre, el ejército turco lanzó nuevos ataques de ocupación contra el Norte y el Este de Siria. Como resultado de estos ataques, se causaron grandes daños a la infraestructura de la región, mientras que 17 civiles murieron y otros 65 resultaron heridos.

Los habitantes del Norte y el Este de Siria han hablado con ANF y han lanzado un mensaje de resistencia.

La estabilidad y la unidad del pueblo en el punto de mira

Ubeyd Ettê ha afirmado: «Son ataques que se producen como consecuencia de sus sucias políticas. Con estos ataques quieren cometer un genocidio, especialmente contra el pueblo kurdo. Además, al aplicar la política de desplazamiento, pretenden desidentificar, desterritorializar y llevar a cabo un genocidio cultural. Las tierras del Norte y el Este de Siria son las más estables de Siria. De este modo, Turquía también intenta perturbar la estabilidad y la paz. Quieren eliminar la hermandad de los pueblos que se creó al frustrar el proyecto de nación democrática.»

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«Ganaremos si resistimos»

Ubeyd Ettê ha subrayado que los atentados pretenden sembrar la discordia entre el pueblo y la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria: «Quienes supuestamente hablan de democracia, justicia e igualdad han hecho la vista gorda ante estos ataques. No hemos visto ni oído ninguna reacción sustancial por su parte. Nuestro pueblo conoce muy bien la verdadera naturaleza de estas fuerzas. No esperamos nada de nadie.

Nuestro pueblo se mantiene firme en la resistencia y continuará su lucha. El pueblo está unido, sacando fuerzas los unos de los otros y del proyecto de la nación democrática. Comprenden que la solución está en la nación democrática. Estos ataques no intimidan al pueblo ni le hacen retroceder en la resistencia. Al contrario, hemos visto que ganamos cuando resistimos».

Ubeyd Ettê ha continuado: «Hemos trazado nuestro camino con la sangre de los mártires. El pueblo es consciente de que ha llegado hasta aquí gracias a los sacrificios de los mártires. Saben que la resistencia es su única opción y nunca aceptarán la rendición. Es el pueblo el que triunfará».

El Estado turco choca contra un muro

Ehsa Kasabiyan, de la comunidad armenia, ha descrito al Estado turco como un poder fascista que «tiene sed de sangre del pueblo». Kasabiyan ha dicho: «Intentan presentarse como fuertes derramando la sangre de otros pueblos, demostrando una vez más su crueldad con estos ataques. Pero el Estado turco es en realidad un Estado muy desesperado. Si Turquía se cree fuerte atacando a la gente, se equivoca. Aunque no puedan admitirlo, se han topado con un muro ante la resistencia del pueblo y han sucumbido a nuestra fuerza».

Ehsa Kasabiyan ha comentado los efectos de los ataques, diciendo: «Los niños y los ancianos se han visto especialmente afectados. Debido a los intensos asaltos, algunos niños no pueden ir a la escuela. Nuestros ancianos también se enfrentan a graves problemas de salud, que han empeorado como consecuencia de estos ataques. Los ancianos son los guardianes de la sabiduría de esta sociedad, pues han sido testigos del derramamiento de sangre de cientos de miles de personas y han experimentado un profundo sufrimiento. Inevitablemente, se ven afectados negativamente por los resultados de estos ataques. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades y el dolor, la gente está unida en la resistencia. Nadie pregunta si alguien es kurdo, árabe o armenio. Veo aquí un espíritu de solidaridad».

Kasabiyan también ha señalado que no ha habido desplazamientos internos en el Norte y el Este de Siria, a pesar de los ataques: «En el pasado, la gente se desplazaba a zonas con menos ataques. Ahora, sin embargo, no abandonan sus hogares. Consideran que es su deber proteger sus barrios. Entienden que si no pueden proteger su tierra, no podrán salvaguardar a sus hijos. Sin su tierra, saben que no pueden construir un futuro prometedor para la próxima generación».

Las mujeres responden con resistencia

Fatma Casim, de la comunidad árabe, ha destacado los objetivos de los ataques: «El Estado turco ha puesto en su punto de mira las infraestructuras esenciales y los servicios públicos de la región. Estos asaltos pretenden infundir miedo, forzar la despoblación y perturbar a las comunidades locales. Además, buscan desmantelar la hermandad entre los pueblos y destruir la filosofía de la coexistencia comunal».

Casim ha subrayado su determinación de permanecer como un «círculo de fuego» junto a las comunidades kurda, árabe, asiria y armenia frente a estos ataques. Ha dicho: «Trabajaremos codo con codo para construir nuestro país. Sólo el líder Abdullah Ocalan ha concedido libertad y derechos a las mujeres. Sabemos que el Estado turco siempre ataca primero a las mujeres. Su objetivo es doblegar la voluntad de las mujeres, pero las mujeres de Rojava han demostrado una fuerza y una resistencia inmensas en todos los ámbitos, desde el social hasta el militar. La resistencia de las mujeres ha sido la respuesta a estos asaltos».

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