Ha transcurrido un mes desde el histórico llamamiento de Abdullah Öcalan el 27 de febrero y el anuncio del alto el fuego por parte del PKK el 1 de marzo, pero el gobierno turco no ha tomado medidas concretas. Al mismo tiempo, no se han producido cambios en las condiciones de Öcalan en la prisión de Imralı, donde permanece en aislamiento agravado desde 1999 sin siquiera comunicación regular con sus familiares o abogados.
Desde ANF hemos conversado con el Dr. Cengiz Aktar, de la Universidad de Akdeniz, sobre los acontecimientos en Siria, así como sobre el debate en curso en Turquía sobre el proceso de paz y la posibilidad de reanudar el diálogo.
Cengiz Aktar ha celebrado que, a pesar de toda la agitación, la situación en Siria no haya escalado a una guerra civil declarada. Ha señalado que las declaraciones del régimen de Damasco fueron rechazadas tanto por la comunidad drusa como por la kurda. Aktar, que ha calificado los acontecimientos de "estado de caos", ha afirmado que Turquía busca establecer puestos militares en la región. Sin embargo, Israel, con el apoyo de Estados Unidos, se ha opuesto a este plan. Ha añadido que Israel no quiere que Turquía mantenga una presencia permanente en Siria. Según Aktar, aún no está claro quién tiene mayor influencia sobre la administración liderada por Ahmed al-Sharaa (Al-Jolani).
Sin voluntad política
Aktar ha afirmado que los acontecimientos en Siria están estrechamente relacionados con los debates en curso en Turquía sobre el proceso de paz. Recordando las recientes declaraciones del bloque gobernante instando a la gente a "dejar de llamarlo proceso", ha argumentado que el gobierno carece de un plan coherente. Llamó la atención sobre una declaración reciente de Besê Hozat, co-presidenta del Consejo Ejecutivo de la Confederación de Comunidades del Kurdistán (KCK), sobre el estado de las conversaciones. Aktar ha afirmado: "El gobierno dice que no cederá nada, y, de hecho, no ha cedido nada. Kandil sabe exactamente lo que eso significa. La última declaración de Besê Hozat fue muy clara y directa”. Y ha agregado que el gobierno no ha mostrado ninguna disposición a atender las demandas del pueblo kurdo.
Sin plan
Cengiz Aktar ha abordado el encarcelamieinto del alcalde de la Municipalidad Metropolitana de Estambul, Ekrem Imamoğlu, afirmando que el gobierno parece no estar seguro de sus propias intenciones y actúa en un estado de confusión. Aktar ha dicho: “Los regímenes autoritarios y totalmente opacos suelen tomar ciertas medidas, y nos corresponde a nosotros y nosotras, quienes estudiamos ciencias políticas, intentar interpretarlas y atribuirles cierta lógica. Pero no estoy seguro. Dudo sinceramente que sepan plenamente lo que quieren hacer”. Y ha añadido que la situación que se desarrolla en Estambul refleja un clima de caos más amplio.
Pacto entre Erdoğn y Bahceli
Cengiz Aktar ha descartado la idea de una ruptura interna entre el presidente Recep Tayyip Erdoğan y el líder del Partido de Acción Nacionalista (MHP), Devlet Bahceli. Ha argumentado que ambos han forjado una alianza política unida por intereses compartidos y una dependencia mutua para mantenerse en el poder. Aktar ha dicho: “No creo que tengan intención de dejar el cargo mediante elecciones. De hecho, creo que ni siquiera les sería posible dimitir. Se trata de una red criminal. Prácticamente no hay acciones ilegales o inconstitucionales que no hayan cometido, especialmente desde 2013. Si pierden el poder, acabarían en prisión esa misma noche. Han hecho trizas la Constitución y la ley, y la corrupción y el robo son harina de otro costal”.
Sin una oposición unificada
Llegado este momento, Cengiz Aktar ha enfatizado que es responsabilidad del gobierno dar el siguiente paso. Ha comentado: “El gobierno no actúa porque tiene las manos atadas; ya ha admitido que no puede hacer nada. Hablan de una ‘Turquía sin terrorismo’, un llamamiento vago e indefinido. Incluso sugirieron que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) celebre su congreso en Muş. Percibo un nivel asombroso de incompetencia, que se suma a una mentalidad claramente anticuada y provinciana”.
Al ser preguntado sobre qué debería hacer la oposición en estas circunstancias, Aktar ha señalado una tendencia preocupante: “Hay un claro sentimiento antikurdo en algunas de las manifestaciones y mítines celebrados en apoyo a Imamoğlu. No en todas, por supuesto, pero hay facciones que expresan abiertamente su hostilidad hacia los kurdos. Por lo tanto, es difícil hablar de una oposición unificada en Turquía”. Aktar ha agregado que los cimientos del gobierno son antidemocráticos, lo que imposibilita que un régimen como este adopte medidas genuinas basadas en los derechos humanos y la democracia.
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