La situación en Afganistán es cada día más dramática. Los talibanes se están apoderando de amplias zonas del país, y son muchos los que sólo huyen de la guerra y el terror islamista. Según el ACNUR, 270.000 personas han sido desplazadas en Afganistán desde principios de año. Esto significa que hay unos 3,5 millones de desplazados internos en el propio país. Muchos de ellos reúnen sus últimos ahorros o se endeudan y se disponen a abandonar el país. Cada vez hay más afganos varados en las provincias de Van y Bitlis, en el Kurdistán del Norte, pero también en el oeste de Turquía.

Sin derecho de asilo en Turquía

Turquía ha ratificado la Convención de Ginebra sobre los Refugiados sólo con una reserva regional. Esto significa que en Turquía el derecho de asilo sólo se aplica a las personas procedentes de Europa. Los refugiados de Siria suelen ser tolerados temporalmente, mientras que las personas de Afganistán son detenidas y deportadas. Este fue el caso de una familia de 16 miembros de Herat que salió de Afganistán después de que un pariente fuera asesinado por los talibanes. La familia estuvo atrapada en el aeropuerto de Estambul durante casi tres semanas y ahora ha sido detenida para su deportación.

"Los afganos no tienen derechos básicos aquí"

La ruta terrestre, en particular, se utiliza para llegar a Turquía a través del norte del Kurdistán y luego, si es posible, pasar a Europa o encontrar trabajo en Estambul. En Van, los corresponsales del periódico británico The Guardian pudieron identificar al menos a 1.900 personas que habían cruzado la frontera en dos noches.

Mahmut Kaçan, miembro de la junta directiva del Colegio de Abogados de Van y abogado especializado en derecho de asilo, afirma: "Los afganos viven aquí en el limbo, ni siquiera tienen derechos básicos. En 2013, la ONU detuvo el reasentamiento de afganos desde Turquía a terceros países. Ahora solo se hace en casos extremadamente vulnerables".

Los refugiados se ven obligados a seguir rutas cada vez más peligrosas

Como resultado, los refugiados se ven obligados a seguir rutas cada vez más peligrosas. Además de las fortificaciones fronterizas y de la especial amenaza que supone para las mujeres la violencia sexual por parte de los contrabandistas y los compañeros de viaje, los refugiados mueren repetidamente durante el transporte por tierra. La semana pasada, al menos doce personas murieron en un accidente con una furgoneta sobrecargada, y hasta cien refugiados más se ahogaron en el lago Van el año pasado tras volcar su embarcación.

Van como primer punto de contacto en territorio turco

La provincia de Van, con sus enormes aguas interiores, está situada en la frontera turco-iraní y representa, por tanto, el primer punto de contacto en territorio turco para las personas que quieren huir a Europa de las guerras en Medio Oriente y Asia. La frontera y la región están muy militarizadas debido a la guerra. Con la ayuda de la UE para la reconstrucción, se construyó una base militar al lado de la otra a intervalos de unos cientos de metros. Los militares colaboran a menudo con los ayudantes comerciales de la huida, especialmente con las bandas de traficantes que exponen a los refugiados en las altas montañas, beneficiándose así de la precaria situación de los refugiados.

Una media de entre 1.000 y 1.500 personas procedentes de Afganistán, Irán, Irak y Asia Central llegan a Van cada día. Según las cifras oficiales, el año pasado fueron detenidos en la frontera 40.180 inmigrantes. Un número mucho mayor cae en manos de los traficantes. 

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