El 16 de septiembre se cumple el segundo aniversario de la muerte de Jina Mahsa Amini. La muerte de esta joven kurda de 22 años tras ser detenida y duramente golpeada por la policía iraní de la moral en Teherán desencadenó una revuelta nacional contra el régimen de los mulás. Las jóvenes, en particular, llevaron su ira a las calles con el lema «Jin, Jiyan, Azadî (mujer, vida, libertad)».

El Movimiento de Mujeres Kurdas en Europa (TJK-E) aprovecha esta ocasión para llamar la atención sobre la inminente ejecución de activistas en Irán y pedir la abolición de la pena de muerte y la libertad de todos los presos políticos. En los próximos días también se celebrarán en Europa diversas acciones en solidaridad con el movimiento «Jin, Jiyan, Azadî».

El TJK-E ha manifestado en un comunicado: “Lo que comenzó con el asesinato de Jina Mahsa Amini por el régimen iraní ha conmocionado al país y ha desencadenado un movimiento que se extiende mucho más allá de las fronteras de Irán. En el corazón de este movimiento están las valientes mujeres que luchan contra la discriminación de género, la opresión y la obligación de llevar el hiyab. Su lucha aspira a crear una sociedad en la que la libertad, la igualdad y la justicia se apliquen a todas las personas. Las huelgas y protestas de trabajadores, profesores, estudiantes y muchos otros grupos sociales se han extendido por todo el país. Luchan por la justicia social, contra las políticas represivas del régimen y por el derecho a una vida digna”.

La declaración añade: “El régimen de los mulás está respondiendo a esto con una severidad cada vez mayor. Para romper la creciente solidaridad entre la población, el régimen recurre cada vez más a las ejecuciones. Cada vez más personas son condenadas a muerte y ejecutadas por su resistencia política con el fin de crear una atmósfera de miedo. La pena de muerte se utiliza como herramienta para aterrorizar no sólo a individuos, sino a movimientos sociales enteros.

Además de las ejecuciones, el régimen de los mulás también recurre a otras medidas represivas. Hay tortura generalizada en las cárceles, supresión sistemática de la libertad de expresión y vigilancia constante de los activistas. Las mujeres que se resisten al hiyab obligatorio son humilladas públicamente, detenidas o golpeadas. Al mismo tiempo, la población iraní sufre una corrupción masiva, estancamiento económico y una situación catastrófica de los derechos humanos. El régimen utiliza la violencia para mantener su poder mientras ignora los problemas sociales y económicos del país”.

La declaración continúa: “A pesar de esta brutal opresión, la lucha por la libertad y la justicia continúa. El movimiento 'Woman Live Freedom' no es sólo una expresión de resistencia contra la opresión de las mujeres, sino un grito de protesta de todos los oprimidos de Irán y del mundo. Demuestra que el deseo de libertad e igualdad es más fuerte que cualquier represión. La memoria de las víctimas del levantamiento, de los miles de presos políticos asesinados por el régimen y de todos los que dieron su vida en la lucha por la libertad durante los últimos 45 años sigue viva.

Este movimiento forma parte de una lucha global por la democracia, los derechos humanos y la justicia social. Une a personas de todo el mundo en su búsqueda de un mundo mejor en el que la discriminación, la violencia y la opresión no tengan cabida. ¡La pena de muerte debe ser abolida! ¡Libertad para todas y todos los presos políticos! ¡Viva la libertad, la igualdad, la democracia y la justicia social! ¡Jin, Jiyan, Azadî!”

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