Se han desatado numerosos incendios entre Nusaybin, Midyat y Idil, y hay quienes creen que han sido deliberados. A finales de julio, en los incendios que se desataron en los huertos que rodean el Monasterio Deyrulzafran en Mardin, se quemaron unos 700 olivos y almendros.
Inmediatamente, se desató otro incendio cerca de las aldeas siriacas en la montaña Bagok que preocupó a la comunidad siríaca. Posteriormente, al comienzo de la nueva semana, se produjo otro incendio: el incendio provocado por el ejército turco durante los enfrentamientos del 2 de agosto en las zonas rurales de la aldea de Dibek, cerca de la montaña Bagok en Nusaybin, que se estaba extendiendo.
La zona, denominada Turabdin por la comunidad siríaca, ha visto varios incendios consecutivos que han provocado la preocupación del Vaticano. La red oficial de Noticias del Vaticano ha anunciado que el Instituto para los Cristianos de Oriente (ICO) ha transmitido sus observaciones sobre los fuegos en la región al Vaticano.
Los últimos siríacos están bajo amenaza
El comunicado del Vaticano dice que los monasterios y las iglesias en la región se remontan al siglo 4 d.C., ya que la zona es uno de los centros más antiguos de la cristiandad. También dice que han habido serias alegaciones sobre que el incendio cercano al Monasterio Deyrulzafaran ha sido provocado por las fuerzas de seguridad turcas.
El Vaticano señala que solo quedan 3 personas en el monasterio y que el incendio más reciente amenazó sus vidas, agregando que la población siríaca en constante disminución en la región se enfrenta a la amenaza del fin de su propia existencia. El comunicado concluye señalando que el incendio ocurrió al mismo tiempo que otros incendios iniciados por grupos del ISIS en Irak y Siria.