La estrategia invariable colonialista turca entre los grupos mercenarios en Afrin

La realidad colonialista turca, tácticamente nueva y estratégicamente invariable, se prueba una vez más con los combates entre grupos mercenarios en la ocupada Afrin.

Continúan los enfrentamientos armados entre Hayat Tahrir Al-Sham y otros grupos mercenarios en Afrin, ocupada por el Estado turco.

El 10 de octubre ya se produjeron combates en el distrito de al-Bab, al norte de Alepo, entre los grupos Jabhat Al-Sham y Jaysh al-Islam, afiliados al Ejército Nacional Sirio (ANS, por sus siglas en inglés), y los grupos División Hamza (Hamzat) y Sultán Suleiman Shah (Amshat). Los combates se extendieron a Afrin cuando Hayat Tahrir Al-Sham prestó apoyo a los grupos Hamzat y Amshat. Los combates estallaron primero en los distritos de Sherewa y Jindires, y luego se extendieron después hacia el centro de Afrin.

Además, hay grupos afiliados a Jabha Al-Sham y Jaysh al-Islam: División Al-Macd, Brigada Al-Islam, División Melik Shah y División 51. Y también hay grupos, en su mayoría turcomanos, como la Brigada Nour al-Din al-Zenki, la División Al-Sham, la Brigada Faruk, la 1ª División, Jaysh al-Sharqiya y Ahrar al-Sharqiya, afiliados a la División Hamza (Hamzat) y Sultán Suleiman Shah (Amshat).

Propaganda turca

Los informes e informaciones sobre el conflicto entre el Hayat Tahrir Al-Sham y los mercenarios de Jabha Al-Sham no tienen más sentido que la confusión y la contaminación informativa. La primera información destacable es que Hayat Tahrir Al-Sham se apoderó de puntos estratégicos en Afrin. Además, se habla de un intento de establecer una administración civil conjunta en otras zonas. Se distribuyen folletos sobre el concepto administrativo en las zonas donde se formarían administraciones civiles en los que pone: “No se permitirá patrullar con armas en público, no se infringirán las propiedades de la gente, se devolverán las tierras y propiedades de la gente”. Estos comentarios, que están dirigidos a la sociedad civil y quieren destacar una relación de “confianza”, buscan echar polvo a los ojos del mundo que no está al tanto de lo que ha estado sucediendo en Afrin.

Es obvio que no se puede establecer una relación de “confianza” con estas propuestas porque el pueblo de Afrin lleva mucho tiempo siendo objeto de masacres, secuestros, violaciones y negación de su cultura. Estos grupos se presentan ahora como grupos “humanitarios”, pero lo único que saben hacer es reprimir, intimidar y silenciar al pueblo.

Un nuevo movimiento para destruir la Administración Autónoma

Hayat Tahrir Al-Sham ya había realizado un movimiento en este sentido anteriormente. Este movimiento, sin embargo, quedó inconcluso. Más recientemente, se ha visto que el grupo busca llevar a cabo una operación a gran escala para ejercer su dominio.

Considerando estos acontecimientos en términos de las relaciones entre Turquía y Siria, puede ser necesario tratarlo como una nueva situación. Así, se entiende que el objetivo es erradicar la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria y establecer el dominio del gobierno sirio en todo el país de acuerdo con sus intereses. En consecuencia, a través de la asociación de Turquía y Rusia, este proceso podría conducir a una reconciliación con el gobierno sirio a cambio de luchar contra la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria.

Fusionar o eliminar los grupos mercenarios

El reciente intento de “normalizar” las relaciones entre Turquía y Siria ha molestado a algunos grupos mercenarios. Estos grupos, entrenados y apoyados por el Estado turco, declararon que se organizaban como oposición al régimen. Sin embargo, la oposición al gobierno sirio puede ser sustituida por una cooperación.

El proceso para fusionar o liquidar estos grupos de hecho ya ha comenzado. Esto apunta a un nuevo plan para reestructurarlos en el que se pondrán en marcha nuevos planes con los grupos restantes tras eliminar a los que no puedan estar a la altura de los acontecimientos. Por esta razón, el Estado turco quiere reunir a los grupos mercenarios en una línea política y utilizarlos a su antojo. Es necesario considerar esta operación como una operación centrada en Turquía, que se refiere a una realidad turca colonialista que es tácticamente nueva, pero que permanece inalterada estratégicamente.

Rusia y Estados Unidos apoyan el ataque de invasión

Rusia apoyó la invasión de Afrin el 20 de enero de 2018. En una línea similar, actualmente ignora los conflictos entre los grupos mercenarios, se convierte en socio de Turquía en la campaña de purga y aprueba un nuevo ataque de invasión sin tener en cuenta los logros kurdos. Estados Unidos es al menos igual de “bueno”. En 2019 no se opuso a los ataques de ocupación y lideró a los actores que impidieron el cierre del espacio aéreo a los ataques turcos, lo que equivale a apoyar a los grupos respaldados por Turquía y a vitorear la ocupación de nuevas zonas.

Después de la ocupación de Afrin, Girê Sipî y Serêkaniye, la tortura, la masacre y el secuestro de la población local, así como el cambio demográfico fueron ejecutados por el Estado turco y los grupos mercenarios bajo su control. Si la población local no puede vivir pacíficamente en su tierra es, precisamente, por la ocupación. Si la gente que antes vivía segura bajo la Administración Autónoma no puede salir hoy de sus casas, si sus tierras o lugares de trabajo están confiscados y si sus vidas están amenazadas, Turquía y sus partidarios son los únicos responsables.