El Congreso Nacional de Kurdistán (KNK) difundió un informe, titulado “Dar una oportunidad a la política no violenta: la declaración de alto el fuego de la KCK y la responsabilidad de la comunidad internacional en las elecciones del 14 de mayo en Turquía”.
En el texto, se analiza la situación de los derechos humanos en territorio turco y kurdo, la alternativa presentada por el movimiento kurdo para los comicios presidenciales, el “colapso económico” y el gasto militar en el Estado turco, y la declaración de alto el fuego anunciada por la insurgencia kurda:
"Hace cien años, el Tratado de Lausana dividió Kurdistán entre los estados de Turquía, Irak, Irán y Siria. Desde la creación de la República Turca en 1923, Turquía ha seguido una política amplia y estratégica de negación y aniquilación del pueblo kurdo dentro de sus fronteras. Ha implementado esta política utilizando todos los medios y con la ayuda de todas las instituciones militares, educativas, judiciales, económicas y culturales. Su objetivo siempre ha sido aniquilar la existencia de los kurdos, destruir cualquier resistencia a esta política y, si no tiene éxito, asimilar a los kurdos bajo el lema "Una bandera, una nación, un idioma, un estado" y el lema "Siéntete orgulloso de ser turco”. Turquía no permite la existencia de ninguna etnia o nacionalidad que no sea turca, y la constitución turca permite que solo se enseñe turco en las escuelas. Por eso,
Pero también, desde la fundación de la República Turca, los kurdos han resistido la política de aniquilación: en Kocgiri (1925), Dersim (1937-1938), Botan, Agiri, Diyarbakir y muchas más regiones kurdas. Desafortunadamente, el ejército turco aplastó todas estas revueltas.", así comienza el análisis del por qué del presente en Turquía hoy en día, para con el pueblo kurdo y la violencia política imperante.
A continuación el informe completo en español: