Turquía continúa sin cesar sus ataques contra la región autónoma del Norte y el Este de Siria, dirigidos no sólo a instalaciones de suministro vitales, sino también a zonas de asentamientos civiles.
Continúa la violencia militar del ejército turco y sus aliados yihadistas contra la región autónoma del Norte y el Este de Siria.
Según informes desde el terreno, el Estado turco ocupante bombardeó el sábado la aldea de Deşîşe en Til Temir. La casa de un aldeano llamado Ebduselam El Mela fue alcanzada y dos niños y una mujer resultaron heridos.
Muna Ebduselam Mihemed, de 10 años de edad, Kemal Ebduselam Mihemed, de 16, y Nûriye Mihemed El Hisên, de 40, tuvieron que ser ingresados bajo tratamiento en el hospital de Til Temir.
Til Temir está a unos buenos 30 kilómetros de la frontera turca y limita al norte con la zona de ocupación ilegal que Turquía extiende a lo largo de su frontera sur en solidaridad con los yihadistas en Rojava. Desde 2019, el distrito, de mayoría cristiana, está en el punto de mira de los agresores como parte de una guerra de desgaste, con períodos de alta intensidad que se alternan con períodos de baja intensidad. Desde entonces, más de treinta aldeas han sido ocupadas, despobladas o completamente destruidas. Casi la misma cantidad de aldeas se encuentran directamente en la línea del frente y, por tanto, en el punto de mira permanente de las fuerzas de ocupación.
Las constantes incursiones de Turquía y sus aliados islamistas constituyen violaciones de los acuerdos de alto el fuego y de distensión firmados entre las potencias garantes de Rusia y Estados Unidos con Turquía tras la ocupación de Serêkaniyê (Ras al-Ain) y Girê Spî (Tal Abyad) en octubre de 2019. Sin embargo, tanto Moscú como Washington dan vía libre a Turquía. Otras regiones de la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) también son blanco permanente del ejército turco, lo que, sin embargo, pasa prácticamente desapercibido.
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