En la segunda parte de esta entrevista, el profesor Hamit Bozarslan habló sobre el llamado de Abdullah Öcalan, así como sobre los recientes desarrollos en el norte y este de Siria.
La primera parte de la entrevista puede leerse aquí.
Hemos discutido la lucha de cincuenta años del PKK y los antecedentes históricos que llevaron a ella. Hoy, somos testigos de un llamado histórico de Abdullah Öcalan. En una entrevista anterior, usted mencionó que la existencia y legitimidad de la cuestión kurda aún no se reconocían. En este punto, ¿se ha reconocido oficialmente la existencia de la cuestión kurda?
No, definitivamente no se ha reconocido oficialmente. Sin embargo, ha habido un ligero cambio en comparación con hace cinco o seis meses. En este cambio, vemos que el régimen se ha visto obligado a relegitimar a Öcalan. Todos han comprendido ahora el fuerte vínculo entre Öcalan y la cuestión kurda. La expectativa hacia Öcalan era que, en sus primeras declaraciones, dijera: "Fundé esta organización terrorista y la estoy disolviendo", sin mencionar en absoluto la cuestión kurda. Sin embargo, cuando observamos las declaraciones de Öcalan, vemos todo lo contrario: habla de una cuestión kurda de un siglo de antigüedad y enmarca la guerra de guerrillas del PKK no como un asunto de terrorismo, sino como un problema de violencia que debe entenderse dentro de sus condiciones históricas. Así, el mensaje de Öcalan es claro: "No somos una organización terrorista. La cuestión kurda no es un problema de terrorismo; es una cuestión nacional".
Al leer entre líneas este llamado, esta es la realidad que emerge. Por lo tanto, es difícil predecir cuánto tiempo más se podrá seguir negando la cuestión kurda.
Sin embargo, cuando observamos las declaraciones de Erdoğan y del Ministro de Defensa Nacional, está claro que el estado aún percibe la cuestión kurda como un asunto relacionado con el terrorismo o el imperialismo. No obstante, estamos empezando a escuchar algunas excepciones y voces disidentes. Por ejemplo, Numan Kurtulmuş es una de las figuras que, de alguna manera, reconoce la existencia de la cuestión kurda. Bülent Arınç, en su discurso en Erbil, casi tuvo que admitir que la cuestión kurda es un problema nacional. En comparación con hace seis meses, ahora hay más voces disidentes dentro del bloque gobernante. Incluso en la retórica de Devlet Bahçeli se pueden observar algunos cambios.
El hecho de que Öcalan ya no sea referido únicamente como un "líder terrorista", sino también como el líder fundador del PKK, indica este cambio. Así que hay algunos avances, pero aún no existe una política estatal institucional que reconozca la cuestión kurda como una realidad legítima.
Describo estos desarrollos como "pequeños" porque aún no se han transformado en cambios institucionalizados a largo plazo. Hay muchos pequeños avances, como las declaraciones del líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Özgür Özel, al recibir una delegación del Partido de la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM). ¿Llevarán estos pequeños desarrollos gradualmente a un nuevo enfoque institucional, un cambio en el discurso del estado y el reconocimiento de la cuestión kurda tanto en Turquía como en Medio Oriente? Sigo siendo bastante escéptico. Sin embargo, a pesar de todo, está claro que el proceso no debe obstruirse. O, al menos, el lado kurdo no debería ser el responsable de bloquearlo.
Usted interpreta las declaraciones de Abdullah Öcalan más en términos de lo que no dicen o no incluyen. Usted destacó aspectos críticos sobre el surgimiento del PKK. Ahora, cuando observamos el llamado de Öcalan, vemos una declaración firmemente arraigada en el contexto histórico. En esta etapa, ¿cómo debería entenderse el llamado de Öcalan al cambio y la transformación dentro del PKK?
En este punto, es difícil saber qué está ocurriendo detrás de escena. Sin embargo, cuando examinamos la evolución del PKK en los últimos veinte años, vemos que la organización ha declarado en varias ocasiones que la era de la lucha armada está llegando a su fin y que debe comenzar una nueva fase histórica. En otras palabras, no nos enfrentamos a un fenómeno completamente nuevo, sino a nuevas condiciones. El proceso de paz entre 2013 y 2015 finalmente colapsó debido a varios factores, incluida la negativa de Erdoğan y el bloque gobernante a aceptarlo, el rechazo del proceso por parte del nacionalismo radical en Turquía y los desarrollos en Siria. Por lo tanto, aunque es posible discutir la apertura de una nueva fase hoy, esta posibilidad sigue estando llena de incertidumbres.
Para que este proceso evolucione hacia una transformación permanente, ciertos aspectos deben extenderse a largo plazo, institucionalizarse y legitimarse. Incluso ahora, no podemos estar seguros de que aquellos que participan en conversaciones con Öcalan no serán arrestados mañana. En otras palabras, la situación sigue siendo completamente ambigua. Muchas cosas son posibles, pero nada es seguro.
Desde mi perspectiva, durante la última década, el corazón del Kurdistán ha estado latiendo en Rojava. Hoy, el tema más crítico es la protección de Rojava y la garantía de su estatus. Cuando analizamos las declaraciones de Öcalan, no vemos ninguna indicación de que los kurdos sirios deban disolverse y convertirse en ciudadanos sirios ordinarios o que Siria deba volver a ser la "República Árabe Siria". Por el contrario, el llamado de Öcalan parece estar dirigido explícitamente al PKK y a sus unidades armadas afiliadas. En este momento, el tema más crucial parece ser persuadir a Turquía para que reconozca la legitimidad de Rojava y establecer una hoja de ruta para esto.
Tras el llamado del Sr. Öcalan, el PKK emitió un comunicado indicando que se podría discutir el desarme. ¿Qué significaría deponer las armas para el PKK? ¿Significa esto el fin de la organización?
No, definitivamente no significa que la lucha del PKK haya llegado a su fin. El PKK, de una manera u otra, continúa y continuará existiendo y luchando. Hoy, las actividades armadas del PKK están en gran medida limitadas a responder a los ataques militares turcos. Sin embargo, cuando tomamos una perspectiva más amplia, vemos una sociedad kurda altamente dinámica, particularmente en el Kurdistán turco y la diáspora.
Dentro de estas dinámicas sociales, el 99% de las actividades ya se realizan en esferas no militares. Estas no son actividades clandestinas o secretas; por el contrario, tienen lugar abiertamente, a la vista del público. Hoy, un político kurdo que decide postularse para alcalde es plenamente consciente de que corre el riesgo de ser arrestado en cualquier momento. Un periodista kurdo que expresa abiertamente su identidad enfrenta la misma amenaza. Incluso un académico que escribe un libro de texto en idioma kurdo para niños corre el riesgo de sufrir presión y encarcelamiento.
A pesar de todo esto, el movimiento kurdo ya no es un movimiento clandestino. Por el contrario, la mayor fuerza impulsora detrás de la política y la lucha kurdas ahora se desarrolla abiertamente, frente a la sociedad. La sociedad kurda ha llegado a este punto. Ya no es posible decir que las actividades clandestinas constituyen un factor determinante en el movimiento kurdo. La dinámica social, en todos los sentidos, es ahora una dinámica visible y pública.
Con la caída del régimen de Assad, el equilibrio de poder en el país continúa cambiando rápidamente. En este proceso, el Comandante General de las SDF, Mazloum Abdi, y el líder de HTS, el grupo yihadista en el poder en Siria, Ahmed Al-Sharaa (Al-Jolani), firmaron un acuerdo de ocho puntos que sirve como hoja de ruta. ¿Cómo interpreta este acuerdo y qué significa?
Este es un desarrollo muy reciente e histórico, por lo que es difícil sacar conclusiones definitivas en esta etapa. Sin embargo, es importante recordar los puntos clave enfatizados por Mazloum Abdi en el contexto de este acuerdo. El aspecto más llamativo es la aparente aceptación del principio de descentralización. Se entiende ampliamente que la actual Administración Autónoma sufrirá cambios, pero la pregunta crucial es: ¿Cuál será el alcance de estos cambios? ¿Habrá una Administración Autónoma limitada a las regiones kurdas, o se establecerá una estructura de gobierno autónomo más amplia que se extienda más allá de los territorios kurdos? ¿Cómo será el marco institucional de esta nueva administración? Estas preguntas siguen sin respuesta por ahora. Sin embargo, el principal punto de conflicto entre los kurdos y HTS, que puede describirse como un régimen de milicias, ha sido el tema de la descentralización. Según las declaraciones de Mazloum Abdi, parece que se ha llegado a un entendimiento común sobre este asunto.
Otra disposición significativa en el acuerdo es el tema de "transferir las instituciones existentes al estado". Esto no significa el desmantelamiento completo de las estructuras existentes. Si esta transferencia tiene lugar dentro del marco de la descentralización, también implica preservar o reconocer formalmente un cierto nivel de autonomía. Sin embargo, como mencioné anteriormente, todavía es demasiado pronto para hacer una evaluación definitiva de este proceso. El acuerdo es relativamente breve, reconociendo la cuestión kurda, el estatus de los kurdos en Siria y la necesidad de que sus derechos sean salvaguardados constitucionalmente. Más allá de eso, actualmente es difícil hacer más interpretaciones. Sin embargo, si la descentralización ha sido aceptada, sugiere que las instituciones kurdas se mantendrán de alguna forma, aunque el nombre exacto y la estructura de esta entidad siguen siendo inciertos.
Al mismo tiempo, es necesario extremar la precaución. Hemos visto lo que sucedió en Latakia, donde ocurrió una masacre de inmensa escala. La movilización de las fuerzas pro Bashar al-Assad y el asesinato de mil civiles no pueden justificarse de ninguna manera. Esta atrocidad evoca recuerdos de las grandes masacres en la historia otomana y turca, particularmente aquellas dirigidas contra los alauitas. Aún más preocupante es el hecho de que HTS se niega a asumir la responsabilidad de estas masacres. Esta postura sugiere que HTS no tiene control sobre otras fuerzas de milicias o que está mostrando un nivel extremo de hipocresía. De cara al futuro, no sabemos si un régimen fortalecido adoptará una estrategia diferente hacia los kurdos. Por lo tanto, los kurdos deben ser extremadamente vigilantes. Por ahora, la presencia de Estados Unidos en la región sigue siendo una garantía importante para los kurdos. Sin embargo, la duración de esta presencia es incierta. Aún así, al menos por el momento, la presencia continua de EE.UU. proporciona un nivel de seguridad para los kurdos.
Hemos transitado de una era en la que se negaba la existencia kurda a un período en el que se debate la protección constitucional de todos los derechos kurdos. Una de las disposiciones clave del acuerdo establece: "La comunidad kurda es una parte indígena del estado sirio, y el estado sirio garantiza su ciudadanía y todos los derechos constitucionales". Considerando esta disposición en particular, así como el contenido general del acuerdo, ¿puede considerarse esto un éxito para los kurdos?
Si estos principios se implementan plenamente, será un logro significativo para los kurdos. Esta disposición marca la primera vez en la historia centenaria de Siria que los kurdos son reconocidos oficialmente como un componente fundamental del país. Este reconocimiento ha sido un objetivo de larga data de los intelectuales y movimientos políticos kurdos en Siria. Desde una perspectiva histórica, particularmente en la década de 1920 y luego durante los cambios radicales de las décadas de 1950 y 1960, los kurdos se encontraron navegando entre dos movimientos radicales: uno destinado a integrarse en la sociedad siria y otro enfocado en ser parte del Kurdistán. Esta es una distinción crítica: los kurdos están siendo reconocidos como parte de Siria, pero también como kurdos. Reconocer a los kurdos como kurdos implica inherentemente reconocer su conexión con el Kurdistán.
Un proceso similar puede observarse en Irak. Durante la década de 2000, Irak experimentó tanto una "re-iraquización" como una "re-kurdistanización", dos procesos interconectados. Si los kurdos en Siria son reconocidos constitucionalmente como parte del país, esto sería un hito histórico para ellos. Sin embargo, es necesaria la precaución. HTS es actualmente bastante débil, y transformar una fuerza de milicias en un estado plenamente desarrollado es un desafío inmenso. No está claro si HTS realmente visualiza una Siria secular, democrática y pluralista. Además, es muy incierto si HTS puede controlar efectivamente a otros grupos de milicias. Los informes indican que algunas de las milicias responsables de las masacres de alauitas son los mismos grupos que participaron en la limpieza étnica en Afrin (Efrîn). Algunas de estas milicias han recibido apoyo directo de Turquía o consisten en mercenarios financiados y armados por el estado turco.
HTS debe desmantelar estos grupos, no solo desarmarlos, sino eliminarlos por completo. Si HTS es capaz de hacer esto sigue siendo incierto. Por lo tanto, los kurdos deben centrarse en avanzar en el proceso constitucional y trabajar hacia el establecimiento de una Siria descentralizada. Sin embargo, al hacerlo, también deben ser muy conscientes de las incertidumbres del futuro y proceder con extrema precaución.
Antes de viajar a Damasco, el Comandante General de las SDF, Mazloum Abdi, aparentemente sostuvo una reunión con varios grupos étnicos y religiosos dentro de la Administración Autónoma. Una de las disposiciones clave del acuerdo garantiza el derecho de todos los sirios, independientemente de su origen religioso o étnico, a participar en el proceso político y en las instituciones estatales con base en la autoridad y la responsabilidad. En esencia, esta cláusula refleja el sistema existente en Rojava. Pero, ¿es factible implementar esta disposición? ¿Hay un esfuerzo por extender el modelo de Rojava a toda Siria?
Creo que la Siria del futuro no será un país moldeado únicamente por principios constitucionales. En cambio, puede surgir una estructura de múltiples capas, donde diferentes regiones implementen diferentes fórmulas sociales y políticas. Por ejemplo, al observar a los cristianos, no tienen una base territorial definida. No hay una región de mayoría cristiana concentrada, pero sus derechos y representación deben ser salvaguardados. Los drusos, por otro lado, ocupan una posición distinta. A pesar de ser completamente árabes en identidad, poseen una singularidad tanto territorial como religiosa en la región fronteriza. En cuanto a los alauitas, tienen una base regional específica, pero esa área también alberga una población sunita significativa.
Cuando se trata del Kurdistán, es decir, el actual Rojava, podemos hablar de una estructura dual. Primero, está Rojava como una región predominantemente habitada por kurdos. Segundo, hay una Región Autónoma más amplia bajo control kurdo, que se extiende más allá de los límites históricos del Kurdistán. Inicialmente, los kurdos no tenían la intención de avanzar hacia Raqqa, pero debido a que sirvió como la segunda capital de ISIS, capturar la ciudad se volvió inevitable. Era una necesidad en la lucha para eliminar a ISIS. La pregunta clave para el futuro es si el movimiento kurdo quiere mantener el control sobre Raqqa. O, si la población árabe allí exige la continuación de la Administración Autónoma, ¿se retirarían los kurdos? En esta etapa, no hay respuestas claras a estas preguntas.
Por esta razón, la representación no es un problema que pueda resolverse con una sola fórmula. A menos que sea saboteado violentamente, como en Latakia, es probable que presenciemos un proceso a largo plazo en el que diferentes regiones implementen diferentes modelos de gobernanza. Estos modelos no pueden implementarse de la noche a la mañana; es posible que necesitemos pensar en términos de la década de 2030 o incluso de 2035. La mayor ventaja para los kurdos es que se han estado gobernando a sí mismos durante los últimos doce años. Institucionalmente, están muy por delante de otros grupos. Hay municipios, escuelas, hospitales y sistemas de educación en idioma kurdo en funcionamiento. Además, hay tres universidades en el Kurdistán. Sin embargo, a pesar de estos avances, tomará tiempo determinar el mapa final del futuro de Siria.
Funcionarios de la Administración Autónoma declararon que el acuerdo está alineado con la carta enviada por el Líder del Pueblo Kurdo, Abdullah Öcalan, a Rojava, enfatizando que este desarrollo significa que los kurdos se están convirtiendo en un socio reconocido en el estado sirio. ¿Qué piensa usted al respecto?
Dado que no conocemos el contenido completo de la carta de Öcalan, es difícil hacer una evaluación directa. Sin embargo, basándome en la información que he recopilado, Öcalan supuestamente dijo: "No hay razón para que los kurdos agoten sus fuerzas en la presa de Tishrin. Los kurdos necesitan ir a Damasco". Esto sugiere que podría haber enfatizado la necesidad de resolver muchos problemas no solo a través de la lucha armada, sino también mediante la participación directa con Damasco y la negociación. Es posible que haya expresado tal perspectiva, lo que indicaría que los recientes desarrollos se han desarrollado en línea con las expectativas o recomendaciones de Öcalan.
La idea de que los kurdos se conviertan en "socios del estado" probablemente se refiera a su reconocimiento constitucional como un componente fundamental de Siria. Además, este reconocimiento podría ser a un nivel relativamente alto. Por ejemplo, es incierto si Mazloum Abdi podría ocupar un puesto significativo como general en el futuro ejército sirio. Si Mazloum Abdi lograra asegurar una posición dentro del ejército sirio mientras mantiene su identidad kurda y preserva las unidades militares kurdas, esto sería un desarrollo altamente significativo.
Una situación comparable puede observarse en el Kurdistán iraquí. Por supuesto, ha habido desafíos serios y quedan problemas sin resolver, particularmente la cuestión de Kirkuk no debe pasarse por alto. Sin embargo, al mismo tiempo, los kurdos juegan un papel decisivo en la política iraquí. Hoy, la formación de cualquier gobierno en Irak depende en gran medida del apoyo kurdo. Los kurdos no solo tienen su propio parlamento, sino que también tienen una influencia considerable dentro del parlamento iraquí.
Mientras el lado kurdo se mantiene firme en la defensa del estatus de Rojava, el estado turco ha perseguido una política destinada a erradicar la presencia kurda en la región desde el comienzo de la guerra siria. En los recientes desarrollos, la estructura militar de Rojava ha sido repetidamente utilizada como pretexto por Turquía. Sin embargo, con este acuerdo, las justificaciones de Turquía esencialmente han quedado sin efecto. ¿Significa esto el colapso de la política de Turquía hacia Rojava y Siria?
Sí, tiene absolutamente razón en este punto. La hipótesis de Turquía de que "no hay una cuestión kurda en Siria" ha colapsado por completo. Ahora tenemos un acuerdo de ocho puntos firmado por Ahmed Al-Sharaa (Al-Jolani). La mera existencia de este acuerdo significa que la realidad kurda en Siria ha sido reconocida. Además, el acuerdo fue firmado por Mazloum Abdi, a quien Turquía ha etiquetado durante mucho tiempo como un "líder terrorista". Esto, a su vez, demuestra que Mazloum Abdi es ahora reconocido como un actor político legítimo en Siria. No solo es reconocido como un representante kurdo legítimo, sino también como una figura clave que representa a la Administración Autónoma. Y este reconocimiento no se limita solo al Kurdistán, sino que se extiende a Siria en su conjunto, donde ahora es visto como un actor legítimo en el panorama político más amplio.
Desde esta perspectiva, como usted señaló, la lectura de Turquía de la región, sus imposiciones políticas y sus intentos de legitimar su estrategia de violencia han colapsado. Sin embargo, Turquía está profundamente arraigada en posiciones ideológicas rígidas y sentimientos nacionalistas radicales. Predecir cómo responderá tal ideología a estos desarrollos es difícil. Si Turquía actuara racionalmente, acogería estos desarrollos, reconocería la existencia de Rojava e incluso intentaría aprovechar la posición de Rojava para ganar influencia en Siria. Un poder que busca mantener un punto de apoyo en Siria, dejando de lado las consideraciones éticas y evaluando la situación puramente desde un punto de vista geoestratégico, reconocería la legitimidad de Rojava. Cualquier poder externo que reconozca la legitimidad de Rojava podría ganar una posición mucho más fuerte en Siria. Sin embargo, el problema aquí es uno de racionalidad. La verdadera pregunta es si el liderazgo actual de Turquía es capaz de adoptar tal postura racional. En esta etapa, es difícil predecir.
Se ha informado que Estados Unidos y ciertos poderes internacionales desempeñaron un papel en el acuerdo firmado entre Mazloum Abdi y Ahmed Al-Sharaa (Al-Jolani). ¿La participación de estos poderes indica que el estatus de Rojava está comenzando a ganar reconocimiento internacional?
Sí, en esta etapa podemos decir que está surgiendo tal reconocimiento, pero aún no ha alcanzado un nivel oficial o legal. Se sabe que dos días antes de que se firmara el acuerdo, un representante de EE.UU. se reunió con Mazloum Abdi para negociaciones significativas. Es muy probable que estas discusiones estuvieran relacionadas con la continuación de la influencia de EE.UU. en la región y las relaciones con Damasco. Además, los informes indican que Mazloum Abdi viajó a Damasco a bordo de un helicóptero estadounidense para firmar el acuerdo. Todos estos desarrollos apuntan a una forma de reconocimiento de facto. Sin embargo, el problema crítico es transformar este reconocimiento de facto en un estatus legalmente vinculante, uno que involucre a los estados y a la comunidad internacional en un marco legal. Cuando el reconocimiento sigue siendo solo de facto, su futuro sigue siendo incierto. Es por eso que los kurdos deben abordar este proceso con extrema precaución.
El futuro sigue siendo impredecible, y es difícil determinar cómo se desarrollarán las cosas. Precisamente por eso, la presencia de EE.UU. en la región tiene una importancia estratégica inmensa. Durante este período, deben tomarse pasos cuidadosos y calculados. Por otro lado, gran parte de la retórica de Turquía en la última década ha colapsado efectivamente. Si la administración de Damasco, que Turquía ha apoyado, ahora está interactuando con Mazloum Abdi, firmando un acuerdo con él y reconociéndolo como un actor legítimo en Siria, entonces Turquía pierde su capacidad de enmarcar esto como "negociar con terroristas". El estado turco ya no puede sostener su narrativa de que cualquier interacción con Mazloum Abdi constituye la legitimación del terrorismo.
Noticias Relacionadas: