Campaña de Twitter para Zeynab Jalalian
La iniciativa "Libertad para Zeynab Jalalian" convoca una campaña en Twitter para movilizar al público en favor de la homónima.
La iniciativa "Libertad para Zeynab Jalalian" convoca una campaña en Twitter para movilizar al público en favor de la homónima.
La iniciativa Libertad para Zeynab Jalalian convoca una campaña en Twitter para movilizar el apoyo público a la homónima de su campaña. Desde hace más de nueve meses no hay señales de vida de la presa política de la ciudad kurda oriental de Makû, que fue encarcelada por el régimen iraní en 2008. Las últimas noticias sobre su estado llegaron a la opinión pública en mayo del año pasado a través de un familiar de Jalalian. Desde su traslado a una prisión de Yazd, seis meses antes, se le ha prohibido el contacto, algo que también se aplicaba antes. Las iniciativas de sus familiares y de su abogado para averiguar información sobre su estado y establecer contacto con ella se han topado con un muro de silencio en Teherán. El régimen también guarda silencio sobre el paradero actual de la casi cuadragenaria, que padece varias enfermedades y recientemente también contrajo Corona.
"Llevamos casi 600 días esperando en vano un mensaje de Zeynab", explica la Iniciativa por Zeynab Jalalian. "Para cambiar esta situación, hacemos un llamamiento al público internacional para que participe en una campaña en Twitter para dar a conocer nuestra causa al mayor número posible de personas y organizaciones. Nuestro llamamiento se dirige especialmente a las mujeres". La campaña en línea está prevista para el 5 de marzo, y comenzará a las 18:00 horas, hora central europea. La iniciativa tiene previsto anunciar el hashtag de la campaña en Twitter inmediatamente antes de que comience.
Agadari bo gerdeluli twitteri 5.3 katjmer 18.00!#FreedomForZeynabJalalian pic.twitter.com/1rjuCDfkE1
— Freedom For Zeynab Jalalian (@ForZeynab) February 26, 2022
La única 'condenada a perpetua' en Irán
Zeynab Jalalian, nacida en 1982 en Makû, fue detenida en el verano de 2008 en Kirmaşan y condenada a muerte en enero de 2009 por un tribunal revolucionario local por "enemistad con Dios" (moharebeh) en relación con su supuesta pertenencia al "Partido por una Vida Libre en el Kurdistán" (Partiya Jiyana Azad a Kurdistanê - PJAK). Anteriormente había pasado ocho meses en prisión preventiva en un centro del Ministerio de Inteligencia y había sufrido graves torturas. En su juicio, que sólo duró unos minutos, no tuvo acceso a un abogado. La sentencia de muerte contra Jalalian fue conmutada por cadena perpetua en noviembre de 2011. Actualmente es la única mujer presa en Irán con esta condena.
Enfermó de Covid-19 durante el traslado
A finales de 2020, Jalalian fue trasladada de Kirmaşan a una prisión de Yazd. La ciudad central iraní está a unos 1.400 kilómetros de distancia del hogar de su familia. Durante esta odisea, Jalalian cayó enferma de Covid-19. Los médicos de la prisión admitieron a la dirección de la misma que no disponían de los medios necesarios para tratar a Jalalian. El Ministerio de Inteligencia iraní se negó a proporcionar atención médica fuera de la prisión y sólo permitió una prueba de coronavirus en una clínica. Después de que Jalalian fuera llevado a Yazd, las autoridades penitenciarias emitieron una orden de no contacto.
Método carcelario de 'traslado y dispersión'
Zeynab Jalalian había pasado sólo unas semanas en el centro penitenciario de Kirmaşan. Antes de eso, pasó unos tres meses en una prisión de la ciudad de Kerman, a casi 1.300 kilómetros al este. Fue trasladada allí desde la prisión de Qarchak en Waramin, al sur de la capital iraní, Teherán, en abril de 2020. Anteriormente, estuvo encarcelada en Xoy (Khoy). Esta "política de dispersión" tiene un sistema y consiste en trasladar a los presos a cárceles alejadas para aislarlos de su entorno social y, al mismo tiempo, castigar a sus familiares haciéndoles viajar demasiado lejos. Este método también se utiliza en Turquía, pero también en España y Francia -en el caso de los presos vascos- para evitar que cumplan sus condenas cerca de casa.
El régimen exige el arrepentimiento
Zeynab Jalalian padece varios problemas de salud como consecuencia de las malas condiciones de detención y los maltratos en prisión, entre ellos enfermedades cardíacas, intestinales y renales, parálisis e inflamación de los dientes y la mandíbula. Como resultado de los repetidos golpes en la cabeza, su vista está gravemente dañada. Durante años, el régimen iraní ha hecho de la confesión pública de arrepentimiento una condición previa para el tratamiento especializado, que Jalalian rechaza. Ha estado en huelga de hambre varias veces en protesta por las condiciones de la prisión.