El año 2012 marcó significativamente la lucha por la libertad kurda. Ante la política de aniquilación del Estado turco, la guerrilla inició una amplia ofensiva en el Kurdistán Norte, que presionó tanto al Estado turco con acciones masivas que se inició un nuevo proceso de negociación. Durante esta fase, la guerrilla controló regiones enteras. Esto supuso un giro especial, ya que en lugar de utilizar las tácticas tradicionales de "golpear y huir", los guerrilleros ahora mantenían y defendían posiciones, bloqueando eficazmente los suministros para el ejército turco en muchas zonas. La ofensiva guerrillera que comenzó el 23 de julio de 2012 en las ciudades kurdas septentrionales de Hakkari (Colemêrg) y Şemdinli (Şemzînan) pasó a la historia.
Las fortalezas militares como medio de terror estatal
Para el ejército turco, las bases militares habían sido una forma clave de controlar las zonas kurdas. Especialmente a lo largo de la frontera entre Bakur y Başûrê-Kurdistan, los puestos avanzados y militares se alineaban casi sin solución de continuidad. Tras estacionar a cientos de soldados en estos puestos avanzados, el Estado trasladó a sus familias a las ciudades del Kurdistán para establecer no sólo la hegemonía militar, sino también el dominio social. Desde estos puestos avanzados, los soldados de ocupación vigilaban cada pequeño movimiento de la población las veinticuatro horas del día y bombardeaban las zonas civiles, los jardines y los pueblos con armamento pesado. Al mismo tiempo, ejercían presión psicológica sobre la población mediante bombardeos y amenazas. Muchos aldeanos, entre ellos muchos niños, murieron en los ataques o quedaron mutilados por las bombas que explotaron mientras jugaban.
La guerrilla controlaba toda la frontera
La guerrilla estudió esta evolución y preparó una ofensiva contra ella. Romper el dominio militar sobre la población era un requisito previo para la liberación. La guerrilla hizo los preparativos adecuados. En numerosas acciones en regiones como Karataş, Goman, Oramar, Şîtaza, Kanî Orê y Çelê, asaltaron los puestos avanzados de las tropas de ocupación y tomaron el control de toda la frontera con el Kurdistán del Sur.
La histórica acción contra la base de Haruna
Una de las acciones más impactantes de 2012 fue el ataque contra la comisaría de Haruna, entre Şemdinli y Gever. Lo que diferenció esta acción de otras fue que la posibilidad del autosacrificio estaba prevista desde el principio. Los guerrilleros que se apuntaron a esta acción eran conscientes de ello. Esto creó una conexión especial entre los organizadores de la campaña. Guerrilleros de todas partes del Kurdistán estaban allí: Ekîn Amed, Cuma Goyî, Aşîkar Bagok y Mordem Avaşîn vinieron del Kurdistán del Norte, Neval Sîdar y Çirav Urmiyê del Kurdistán del Este, Karwan Gabar del Kurdistán del Sur y Dinya Tilebyad de Rojava. Cuando iniciaron la acción el 14 de septiembre a las 15.00 horas, se propusieron convertirse en un ejemplo histórico.
La acción se organizó en dos grupos. Un grupo debía penetrar en los barracones de los soldados, mientras que el otro atacaba en el exterior. El objetivo de los guerrilleros era destruir completamente el puesto avanzado y asestar un duro golpe al ejército.
A las 3 de la tarde, ambos grupos comenzaron sus operaciones. El grupo de los ocho se lanzó al ataque. Entraron en la base en menos de un minuto, tras haber eliminado previamente el puesto de centinela y las posiciones cercanas. Los edificios de la estación militar, los barracones y el casino fueron tomados en cinco minutos. Los militantes registraron el interior de la estación militar durante unos 20 minutos, eliminando a los soldados ocupantes que se les opusieron y destruyendo al mismo tiempo las instalaciones de guardia y seguridad de la estación militar. Fueron destruidos dos vehículos blindados de transporte de tropas y un tanque de ruedas.
La base militar de Haruna cayó en manos de los guerrilleros en 20 minutos. En esta acción perdieron la vida 60 soldados. Los guerrilleros Ekîn Amed, Dinya Tilebyad, Newal Sîdar, Çirav Urmiyê, Karwan Gabar, Cuma Goyî, Aşîkar Bagok y Mordem Avaşîn cayeron como mártires.
Después de la acción contra la base de Haruna, llegaron a poder de los guerrilleros importantes documentos del ejército turco. Estos documentos decían: "Si hay más ataques como el de la estación militar de Haruna, tendremos que retirarnos de Şemdinli". Este es exactamente el objetivo que habían alcanzado los combatientes que perdieron la vida en Haruna.