En esta ocasión hablamos con Eulalia Reguant, diputada al Parlament de Catalunya entre octubre de 2015 y octubre de 2017 en representación de la CUP- Crida Constituent y concejala de Barcelona entre octubre de 2017 y 2019.
Eulalia Reguant es una de las voces de la CUP más activas en defensa del movimiento de liberación de Kurdistán. En esta primera parte de la entrevista repasamos sus viajes, en distintas ocasiones, por Kurdistán, así como su valoración de la situación actual en Bakur y el Campamento de Refugiados de Makhmur.
Has viajado varias veces a Kurdistán. ¿Que te motivó para viajar y conocer la experiencia kurda?
El hecho de ser una de las principales naciones sin estado del mundo, además completamente invisibilizada fue un motivo importante. Era difícil encontrar o conocer la cultura y la lucha kurda aquí en Barcelona.
El hecho de vivir en los Països Catalans, una nación sin estado y por tanto una lucha permanente por el reconocimiento y por la autodeterminación, también es una razón por la que algunas personas, durante años, hemos mirado a ver que pasa en otros lugares del mundo y encontrar información sobre la lucha del pueblo kurdo, del PKK y Öcalan despertó la curiosidad.
Y un poco esa fue la motivación; la voluntad de conocer más pueblos en el mundo sin estado que luchan por el reconocimiento y que ven como grandes potencias se dedican a perseguirlos y tratar de hacerlos desaparecer.
En 2015 participaste en la delegación catalana que viajó como observadores electorales durante los comicios generales en Turquía de aquel año. ¿Cómo miembro de la delegación como viviste aquellas elecciones? ¿Consideras que se produjeron unas elecciones libres y democráticas?
En primer lugar puedo decir que a nosotros se nos impidió hacer parte del trabajo como observadores y el estado turco tenía esa idea de que solo podían ser reconocidos como observadores aquellos que venían avalados por organizaciones internacionales. Eso implicaba que estaban condicionados por lo que el gobierno turco les permitía o no les permitía observar.
El ser invitados por el HDP como observadores provocó que después de visitar un par de colegios electorales la policía turca nos impidió seguir acudiendo a más. También vimos como algunos observadores no acreditados eran detenidos, perseguidos y expulsados, lo cual pone de manifiesto la naturaleza de Erdogan y el estado turco.
Desde aquellas elecciones hasta ahora se han producido un sinfín de detenciones de co-alcaldes y co-alcaldesas. ¿Cómo evalúas la situación actual en Bakur?
La situación en Bakur sigue la lógica previa a las negociaciones de paz y debería alarmar mucho más a la comunidad internacional. A nivel internacional, cuando se habla de Turquía se habla mucho de la cuestión de los refugiados pero muy poco sobre la violación sistemática de los derechos humanos que tienen lugar.
Veo la situación en Bakur preocupante. He hecho varios viajes a Kurdistán en los últimos años, algunos más de tipo político, otros más personales. Entre 2014, cuando pasé dos semanas ahí viajando en autobús y a finales de 2018 cuando volví, vi un cambio muy importante. Un cambio en la expresión de las personas y como te explicaban la situación con un miedo que se ha ido extendiendo. La población no sabe quienes somos los que llegamos como turistas, si somos solidarios o si entendemos la lucha del pueblo kurdo.
El estado español es uno de los principales valedores de Turquía en la UE. ¿Qué opinas de esta relación y que motivos la sustentan?
El estado español ha sido un gran valedor del estado turco a lo largo de la historia. Ciertas realidades son incomparables en lo que respecta al pueblo kurdo y la situación del pueblo catalán, vasco y gallego, pero es evidente que el estado español necesita una Turquía fuerte para hacerse fuerte. El estado español necesita preservar la unidad entre estados en esa lógica de estados y naciones unidas y por tanto lo que pasa en Turquía les puede repercutir.
Es cierto que la pertenencia a la UE del estado español implica una diferencia en cuanto a la violación de derechos, mucho más descarnada en Turquía, pero si que es cierto que el estado español se ve reflejado en el uso de la represión y su ejercicio contra todo un movimiento.
En Turquía se persigue a periodistas, alcaldes, activistas culturales, activistas por los derechos humanos por el simple hecho de ser kurdos o defender al pueblo kurdo y su existencia y en el estado español pasa de otra manera pero hay una lógica de este tipo, de ejercer la represión contra todo un movimiento, que se vivió desde el 2015 hasta el 2018 y que ahora se mantiene en otro nivel.
También has viajado a Makhmur donde la situación es insostenible debido al bloque impuesto. ¿Cómo viviste tu paso por el Campamento de Refugiados de Makmhur?
Solo pude estar un día en 2019 y no pude quedarme más porque comenzó el bloqueo impuesto por el KRG y Turquía. Fue una experiencia muy bonita ya que pude conocer la realidad y la historia, y sobretodo la fuerza de la población del campamento pero al mismo tiempo fue preocupante. Las injusticias que sufren son muy difíciles de combatir en la situación en la que están. Pero al mismo tiempo ves la esperanza con la que continúan luchando y para nosotros fue una experiencia interesante ver más de cerca experiencias concretas de como se despliega la propuesta de confederalismo democrático enraizada en un campamento y un núcleo de población donde se practican diferentes formas de toma de decisiones y de comunidad.
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