Eurodiputada Julie Ward: Se necesitan acciones para salvar a Hasankeyf - Parte 2

Julie Ward: “No hay suficiente conciencia a nivel europeo de la trágica situación vivida en Hasankeyf. Ha habido mayor conciencia de la pérdida de un importante patrimonio cultural por la destrucción del ISIS de monumentos emblemáticos como en Palmira".

Julie Ward es miembro del Partido Laborista en el Parlamento Europeo por la región del noroeste de Inglaterra. Fue elegida por primera vez en 2014 y reelegida en 2019.

Ward visitó a la diputada por Hakkari del HDP Leyla Guven durante su resistencia de huelga de hambre, con la que exigía el fin del aislamiento del líder kurdo Abdullah Ocalan.

Ward ha estado en Turquía y Bakur varias veces, y también en Rojava.

En la segunda y última parte de esta entrevista, Ward habla sobre cómo conoció por primera vez la causa kurda y cómo se involucró en la denuncia de los abusos de los derechos humanos a los que están sometidos los kurdos. También de sus notables esfuerzos para salvar al Hasankeyf, el emplazamiento histórico de 12 mil años de antigüedad, que quedará sumergido en el llenado de la presa de Ilisu.

Comencemos esta segunda parte con un nivel más personal. ¿Cuándo y cómo conoc a los kurdos?

Un estudiante kurdo se me acercó en mi circunscripción en Greater Manchester en 2016. Era amigo del periodista de investigación John Hunt, que ha pasado mucho tiempo en distintas partes del Kurdistán. Juntos vinieron a mi oficina para preguntar si plantearía el problema de la agresión turca contra los kurdos a nivel europeo.

Estuve de acuerdo, aunque sabía muy poco. Poco después de eso, en octubre de 2016, fui invitada a participar en una visita de investigación de una semana a Diyarbakir y Nusayabin con el Movimiento Antirracista Europeo Grassroots. En mi camino a Diyarbakir, fui detenida e interrogada en el aeropuerto de Atatürk, simplemente por mi destino. Entonces supe que tenía que involucrarme y ayudar a exponer la paranoia estatal sobre los kurdos y contar la verdad.

Está muy involucrada en la Campaña para salvar a Hasankeyf. ¿Cree que hay suficiente conciencia en Europa de la magnitud de la tragedia que Hasankeyf enfrenta?

No, no hay suficiente concienciación a nivel europeo de la trágica situación vivida en Hasankeyf. Ha habido una mayor conciencia de la pérdida de un importante patrimonio cultural por la destrucción del ISIS (Daesh) de monumentos emblemáticos como los de Palmira.

El Año del Patrimonio Cultural de la UE tuvo también éxito en la sensibilización general sobre las amenazas al patrimonio cultural. Cuando la estatua de Kawa fue destruida por el ejército turco en Afrin, se informó en los medios de comunicación europeos, por lo que existe una creciente conciencia del ataque contra la cultura kurda por parte del Estado turco.

Creo que es más fácil para las personas identificar el patrimonio cultural a través de un monumento icónico, especialmente algo figurativo y especialmente algo relacionado con grandes hechos, historias, textos religiosos y mitos. El patrimonio cultural en Hasankeyf es complejo y se extiende sobre una amplia zona. Comprende muchos sitios y estructuras diferentes, que datan de diferentes períodos. Por lo tanto, es difícil identificar una imagen icónica.

Además, la construcción de una presa puede sonar como una razón plausible para su inundación, especialmente ante una audiencia no especializada, y la eliminación y la reubicación de restos culturales, estructuras y antigëdades puede dar la impresión de que alguien (por ejemplo, el Estado) está cuidando del patrimonio amenazado. Finalmente, las primeras prioridades de la UE son generalmente sus propios Estados miembros. Tampoco ayuda que Turquía se haya retirado del programa Creative Europe.

¿Qué se puede hacer a nivel institucional?

Me alegró mucho ver que Europa Nostra incluyera a Hasankeyf en su lista de nominaciones de 2013 para el patrimonio cultural “En mayor peligro de extinción”, y en su lista de 2016 de “Los 7 lugares en mayor peligro de extinción”. Europa Nostra es una organización de redes y defensa muy respetada que trabaja en estrecha colaboración con las instituciones de la UE. En una declaración sobre la inminente inundación de Hasankeyf, fechada el 2 de junio de 2019, la Junta y el Consejo de Europa Nostra dicen que “corresponde a Turquía y a toda la comunidad internacional garantizar que este tesoro esté protegido”.

El Comité de Cultura y Educación del Parlamento Europeo ha iniciado varios informes importantes que reconocen las amenazas al patrimonio cultural, pero estos se han centrado en el saqueo y el tráfico de antigüedades en lugar de la destrucción del patrimonio cultural por parte del propio Estado. Incluso dentro de la UE, el papel de las instituciones es limitado, ya que los estados miembros conservan la competencia de política cultural.

Sin embargo, la membresía de Turquía en el Consejo de Europa debería permitir una mayor acción, especialmente bajo la Convención de Granada con respecto al patrimonio arquitectónico y la Convención de La Valeta de 1992, que tiene como objetivo proteger el patrimonio arqueológico de las excavaciones ilegales y los grandes proyectos de construcción. Creo que no se ha hecho lo suficiente a este nivel para desafiar al gobierno turco.

Por mi parte, he planteado el tema de Hasankeyf entre mis iguales en las reuniones del Comité, en el plenario y por medio de conferencias especiales y ruedas de prensa. También presenté una pregunta escrita a la Comisión en julio de 2017 solicitando que la Alta Representante hiciera una declaración pública contra la reubicación y destrucción en Hasankeyf.

La oficina de la Alta Representante Federica Mogherini respondió diciendo que Turquía, como país candidato (UE) y miembro del Consejo de Europa, debía cumplir con las normas internacionales aplicables a la construcción de proyectos como la Presa Ilısu. También escribí directamente a la compañía holandesa Bresser sobre su participación en la reubicación de la Tumba Zeynel Bey pidiéndoles que se retiraran del proyecto. En 2018, se informó de que la compañía no cumplía con las pautas de la OCDE para la debida diligencia, especialmente con respecto a las normas de derechos humanos relacionadas con el acceso a la cultura.

Más recientemente, en julio de 2019, escribí una carta a Dominic Raab, el Secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, solicitándole que actuara presentando ante el Gobierno turco declaraciones sobre los impactos negativos de la presa.

Recibí una respuesta decepcionante del diputado Christopher Pincher, Ministro de Asuntos Exteriores responsable de las relaciones con Turquía. Dijo: “Acojo con beneplácito los esfuerzos realizados por las autoridades turcas para proteger la mayor parte posible del emplazamiento histórico y compensar a los afectados”.

Esta es una respuesta poco convincente que considera el problema como un asunto interno y no aborda mis preocupaciones detalladas. Con respecto a la escasez de agua río abajo, Pincher simplemente insta al diálogo entre Turquía e Irak. Sabemos que el gobierno del Reino Unido está desesperado por negociar acuerdos comerciales debido al Brexit, y estos presumiblemente incluirían la delicada cuestión de las armas. La respuesta de Pincher expone la política conservadora de no intervención para no molestar a los compradores potenciales.

La acción adicional a nivel institucional requiere una mayor presión de los políticos, expertos y ONGs. Habrá una oportunidad para plantear el tema de Hasankeyf a medida que se constituya la nueva Comisión Europea, tal vez en las audiencias y luego a medida que se asuma el nuevo colegio de comisionados.

También existe la oportunidad de plantear la cuestión en las primeras reuniones de la delegación parlamentaria recién constituida en Turquía. Mientras tanto, los eurodiputados pueden tratar de mantener el tema en la agenda utilizando la regla de los Discursos de 1 Minuto para dirigirse a la sesión plenaria, y buscando un medio apropiado para plantear el problema a la presidencia actual, el gobierno de Finlandia.

La primera parte de esta entrevista se puede leer aquí.