Frontex ayudó a la deportación de casi 25.000 personas en 2022, según Statewatch
La agencia fronteriza de la UE Frontex ayudó a deportar a casi 25.000 personas del territorio de la UE en 2022, una cifra récord.
La agencia fronteriza de la UE Frontex ayudó a deportar a casi 25.000 personas del territorio de la UE en 2022, una cifra récord.
La agencia fronteriza de la UE Frontex ayudó a deportar a casi 25.000 personas del territorio de la UE en 2022, una cifra récord. El número de personas expulsadas mediante vuelos regulares y procedimientos de retorno "voluntario" no ha dejado de aumentar, y el despliegue de los equipos de retorno de Frontex contribuyó a la expulsión de casi 4.000 personas a lo largo del año. La agencia ha confirmado que las expulsiones siguen siendo una "prioridad fundamental".
Las cifras proceden de un informe de Frontex obtenido por Statewatch que resume el trabajo de la agencia en materia de deportaciones en la segunda mitad de 2022, cuando 13.684 personas fueron expulsadas del territorio de la UE con el apoyo de Frontex.
Entre julio y diciembre del año pasado, 8.566 personas fueron expulsadas en vuelos regulares, 5.111 personas en vuelos chárter y siete personas por tierra. La agencia apoyó la expulsión de 11.184 personas en total en el primer semestre de 2022.
La agencia apoyó 151 operaciones de retorno en vuelos chárter a 24 países, el 90% de las cuales fueron organizadas por Francia, Alemania e Italia.
Las cifras contenidas en el informe muestran un crecimiento continuo de las actividades en comparación con el año anterior, superando el récord de 8.234 personas expulsadas en los seis primeros meses de 2021 y otras 10.067 en el segundo semestre del año.
El informe señala que las expulsiones son una "prioridad fundamental" para Frontex, cuyo apoyo está previsto que aumente en términos numéricos y geográficos, con más Estados miembros solicitando ayuda.
Equipos de Frontex
Al mismo tiempo, en el segundo semestre de 2022 proliferaron los despliegues de FRESO (Frontex Return Escort and Support Officer) en aeropuertos como Fiumicino (Roma), Fráncfort, Schiphol (Ámsterdam), Viena, Charles de Gaulle (París) y Larnaca (Chipre) para tareas de apoyo en tierra, escolta y tránsito.
Un total de 65 FRESO formaron parte de estos equipos, que, según el informe, ayudaron a expulsar a casi 4.000 extracomunitarios. Se desplegaron dos equipos en Austria, con funcionarios de Frontex trabajando en la Agencia Federal de Servicios de Acogida y Apoyo, así como en el aeropuerto de Viena.
En el periodo del informe se presentaron dos informes de incidentes graves (de hecho, un SIR y una denuncia, véase más abajo) y la cifra media de devoluciones mensuales fue de 2.281, alcanzando su máximo en septiembre de 2022 con 2.664 (la cifra mensual más alta en la historia de Frontex).
Cifras crecientes
Las expulsiones en vuelos chárter se han mantenido relativamente estables (entre 4.804 y 5.463 anuales en los últimos tres años y medio), salvo una caída sustancial a 2.489 en el primer semestre de 2020, mientras que las cifras tanto de vuelos regulares como de los llamados retornos voluntarios han aumentado constantemente.
En el periodo de referencia, 8.566 personas fueron retornadas en 4.973 vuelos regulares a 106 países, de los cuales el 64% fueron retornos "voluntarios" y el 36% retornos forzosos.
Los esfuerzos para que "los vuelos chárter se utilicen al máximo de su capacidad" podrían significar una intensificación de las operaciones policiales dirigidas contra personas de determinadas nacionalidades, como se ha documentado en el pasado en Italia.
Los vuelos chárter como herramienta política
Las devoluciones en vuelos chárter aumentaron un 6% en el periodo de referencia (hasta 5.111), pero fueron ligeramente inferiores a las del mismo periodo de 2021, motivadas por la suspensión de las devoluciones a Afganistán, Rusia y Ucrania.
Los vuelos chárter se utilizan para el retorno de grandes grupos de repatriados o de personas que, por su perfil de riesgo, no deberían poder viajar en vuelos regulares. Se considera que los vuelos chárter ofrecen un valor añadido, ya que permiten a los Estados miembros concentrarse en grupos en lugar de casos individuales y tienen una "dimensión política" en la aplicación de la política exterior de la UE en materia de retorno.
La eficiencia y la ocupación de plazas en los vuelos chárter se consideran cruciales, y el informe señala que invitar a varios Estados miembros a participar e incluir un sistema de "sobrerreserva" favorece la resolución de problemas relacionados con cambios de última hora derivados de recursos, solicitudes de asilo presentadas u otros impedimentos para viajar.
El informe señala que el retorno en vuelos chárter de un número de personas inferior al acordado inicialmente con el Estado de destino puede socavar la narrativa oficial sobre la gravedad del problema migratorio en la UE:
"Un número menor de retornados en un vuelo chárter que el acordado y aceptado por el país no comunitario de llegada, puede enviar mensajes contradictorios a esos países no comunitarios sobre la dimensión real de la presencia migratoria ilegal en la UE".
Uso de la fuerza y cuestiones de derechos fundamentales
El informe incluye observaciones del Responsable de Derechos Fundamentales, que se basan en los informes presentados por un grupo de 60 supervisores de retornos forzosos designados por los Estados miembros y seis supervisores de derechos fundamentales de Frontex (FROM) que actuaron como supervisores de retornos forzosos.
A lo largo del período se desplegaron 134 observadores, que estuvieron presentes en 104 de los 151 vuelos en total (68%). Sin embargo, este número difiere significativamente entre los distintos tipos de operaciones de retorno: Se supervisó el 100% de las operaciones de retorno forzoso, el 89% de las operaciones de retorno forzoso conjunto y sólo el 53% de las operaciones de retorno forzoso conjunto.
Se presentaron 90 informes de supervisión, relativos a "instalaciones/cuestiones organizativas", "trato de personas vulnerables" y "uso de la fuerza/medidas coercitivas" en distintas fases: "antes de la salida", "durante el vuelo", "llegada" y "vuelo de regreso".
Las cuestiones planteadas van desde las condiciones inadecuadas en las zonas de espera hasta la falta de acompañantes femeninas; controles médicos y privacidad; miembros del equipo mal identificados, falta de intérpretes y de sesiones informativas posteriores al regreso; uso de grabaciones de vídeo; "falta de espacio y equipamiento suficientes para los niños"; suministro inadecuado de comida y bebida; condiciones peligrosas; y planos de asientos inadecuados. En un incidente se sujetó a una persona delante de sus hijos.
Las observaciones relativas al uso de la fuerza y las medidas coercitivas incluyeron un caso en el que las medidas utilizadas se consideraron excesivas (Alemania, Lipsia) y otros (Italia, en Palermo, Roma y Trieste, con participación española) en los que se aplicaron medidas de inmovilización durante todo el vuelo a pesar de niveles de riesgo indefinidos, en contra de las especificaciones de que sólo deben utilizarse como último recurso y teniendo en cuenta la necesidad y la proporcionalidad.
Se presentó un informe de incidente grave (SIR) en el periodo del informe, en junio de 2022, que se cerró en octubre de 2022 con la emisión de recomendaciones y una reclamación. Se elaboraron listas de buenas prácticas (sobre grupos vulnerables, escoltas de retorno forzoso y cuestiones logísticas y organizativas), junto con una serie de "recomendaciones generales".