La Representación Europea del HDP hace un llamamiento a las organizaciones internacionales para que presionen a Turquía para que ponga fin a sus ataques contra activistas kurdos tanto en Bashur como en Rojava, y comparte la carta enviada por los Refugiados Políticos Kurdos a la ONU.
La Representación Europea del HDP ha pedido a las instituciones internacionales que pongan fin a las masacres perpetradas por el Estado turco contra miembros del HDP y civiles tanto en Bashur (Kurdistán iraquí o “Sur”) como en Rojava (Kurdistán sirio u “Oeste”).
La Representación Europea del HDP también ha traducido a diferentes idiomas la carta enviada por la Iniciativa de Refugiados Políticos Kurdos en Bashur al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en relación con la seguridad de los políticos y políticas del HDP, enviada a los diputados y diputadas del Parlamento Europeo, a los grupos parlamentarios del Consejo de Europa y a más de 147 parlamentarios y parlamentarias y representantes de partidos de diferentes Estados.
La Representación Europea del HDP ha solicitado además una cita en la sede de la ONU en Ginebra para hablar sobre la seguridad de los políticos y políticas del HDP en Bashur.
La carta de la Iniciativa Política Kurda para los Refugiados decía: "Somos ciudadanos y ciudadanas kurdos de Turquía que hemos participado en actividades políticas legales con el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y hemos sido objeto de acusaciones infundadas, detenciones y encarcelamientos. Ahora somos solicitantes de asilo político en Sulaymaniyah, en la región iraquí del Kurdistán, intentando sobrevivir con nuestras familias en circunstancias económicas difíciles y, al mismo tiempo, enfrentándonos a graves amenazas de muerte. Hemos venido a esta región en diferentes momentos a lo largo de los últimos quince años y hemos vivido y trabajado en silencio y a conciencia, en consonancia con nuestro respeto por los valores humanitarios."
La carta continuaba: "Sin embargo, no hemos sido aceptados por las autoridades regionales, ni por las instituciones internacionales. No hemos recibido ninguna ayuda material y, lo que es más importante, nadie toma medidas para garantizar nuestra seguridad. En Turquía nos encarcelaron y torturaron por cualquier intento de reivindicar derechos y libertades. En la región del Kurdistán, donde nos hemos refugiado, nos asesinan en el centro de la ciudad, en la puerta de nuestras casas o en nuestros lugares de trabajo. Y quienes nos asesinan escapan sin ser detenidos, a pesar de las cámaras de seguridad y de las fuerzas policiales y de seguridad.
Creemos -y así lo corroboran los comentarios del propio gobierno turco- que estas ejecuciones están coordinadas por la Organización Nacional de Inteligencia turca (MİT); y la facilidad con que se llevan a cabo sugiere una cooperación a nivel local. La región carece de un sistema judicial independiente eficaz y la política está dominada por estrechos vínculos económicos con Turquía."
La carta añadía: "Aunque llevamos años viviendo en esta región, seguimos siendo solicitantes de asilo. No estamos reconocidos como refugiados -ni siquiera por la ONU- y, por tanto, no podemos recibir la ayuda a la que nos daría derecho este reconocimiento. No nos parece que las organizaciones humanitarias respeten los valores humanitarios. Tras numerosas reuniones, los únicos resultados que hemos visto son datos estadísticos para los informes.
La falta de acción tras los asesinatos de nuestros amigos y amigas permite que se repitan impunemente. Sabemos que las organizaciones internacionales tienen poder para presionar a los gobiernos de esta región para que ayuden a detener estos asesinatos, y nos preguntamos ¿cuál es el propósito de estas organizaciones internacionales si se contentan con permanecer en silencio? ¿Por qué sólo se observa la masacre de nuestro pueblo? ¿Por qué no se impide esta agresión del Estado turco contra civiles, en flagrante violación de todo el derecho internacional? ¿Por qué, a pesar de nuestras llamadas de SOS, no se desarrollan medidas de seguridad ni de protección?".
La carta también añade detalles de algunas de las personas atacadas y asesinadas en Sulaymaniyah, añadiendo que "hay fotografías y vídeos de los ataques, y también grabaciones de audio de las víctimas siendo amenazadas y registros de los números de teléfono desde los que fueron llamadas. Ferhat Bağışkondu, empleado de la empresa de autobuses Can Diyarbakır, resultó gravemente herido en un asalto armado cuando abría su oficina en la mañana del 16 de septiembre de 2021. Hay grabaciones de cámara que así lo corroboran".
Algunas de las personas asesinadas fueron: "Mehmet Zeki Çelebi, hombre de negocios, fue asesinado delante de su restaurante el 17 de mayo de 2022 delante de su familia. Se dispone de grabaciones de cámaras; Nagihan Akarsel, académica y periodista que trabajaba por los derechos de la mujer, realizaba estudios sobre la mujer y había creado una biblioteca femeninaç, y fue asesinada el 4 de octubre de 2022 cuando salía de su casa; Hüseyin Türeli, empresario, fue asesinado el 18 de abril de 2023 en su lugar de trabajo, en un centro comercial de la ciudad de Dohuk. Un año antes había sufrido un ataque armado y había sobrevivido con heridas; Hüseyin Arasan, refugiado en la región iraquí del Kurdistán tras 17 años de cárcel por actividades políticas legales en Turquía, fue asesinado el 9 de junio de 2023 frente a la puerta de la asociación de trabajadores de la que era miembro."
La carta continúa: "Desde que nos refugiamos en la región del Kurdistán de Irak, ha habido amenazas contra nuestras familias en Turquía, junto con redadas policiales y acoso. Además, recibimos constantemente llamadas telefónicas amenazantes. El MIT nos llama desde varios números de teléfono con prefijos tanto turcos como regionales. Antes de ser asesinados, nuestros amigos y amigas recibieron repetidas llamadas amenazantes. Hoy, las llamadas y amenazas continúan, y recibimos mensajes que ponen "Es tu turno". Como civiles, nuestras vidas son visibles y están desprotegidas. Cada uno de nosotros y de nosotras es amenazado de muerte en cualquier momento. Esperamos indefensos a que nos toque morir. Pedimos ayuda a las organizaciones internacionales que pueden detener estas matanzas, y especialmente a la ONU".
Los refugiados piden que "se forme y envíe a la región una delegación, que incluya a representantes de la ONU y de otras instituciones internacionales de derechos humanos, para investigar los asesinatos y publicar los resultados.
Exigimos que Turquía rinda cuentas de sus actos, y que las organizaciones internacionales utilicen su poder en la región del Kurdistán y en la comunidad internacional para poner fin a estos homicidios.
Como solicitantes de asilo, pedimos a las organizaciones internacionales que cumplan con su responsabilidad de garantizar nuestro derecho a la vida, que nos ayuden a satisfacer nuestras necesidades sociales y económicas y nuestra necesidad primordial de seguridad y protección. El silencio permitirá a los asesinos cometer más crímenes.
Esperamos y confiamos en que incluyan este tema tan crítico en su agenda y pongan fin a los asesinatos extrajudiciales."