KNK: “El fracaso de Turquía a la hora de resolver la cuestión kurda llevará al país a la quiebra”

En un análisis sobre la situación política actual en Turquía, el KNK alerta de que una ocupación turca o un intento de anexión tras el conflicto Hamás-Israel “podría empujar a todos los Estados sobre el terreno al borde de una tercera guerra mundial.”

Análisis

El Congreso Nacional del Kurdistán (KNK) ha hecho público un análisis exhaustivo titulado "Nueva amenaza turca, la misma vieja guerra". La primera parte se puede leer aquí. A continuación, publicamos algunos extractos de la segunda parte del análisis:

El KNK dijo que "en noviembre y diciembre de 2023, en una búsqueda por resistir tal ocupación colonial, las guerrillas del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) respondieron contra Turquía y sus mercenarios, infligiendo grandes pérdidas al ejército turco. Dado que el derecho internacional no ha logrado frenar la agresión ilegal turca, a los propios kurdos no les queda otra opción que utilizar la resistencia armada para proteger su patria. El derecho internacional prohíbe a Turquía invadir un territorio extranjero y construir allí bases militares sin permiso, pero de todos modos lo hace sistemáticamente en Irak. Por lo tanto, la pregunta de por qué el PKK sigue resistiendo es retórica: se encuentra plenamente dentro de sus derechos legales.

Independientemente del objetivo a corto plazo que Erdoğan tenga en mente para su agresión, su verdadera intención es claramente cumplir el sueño del Misak-ı Millî (Pacto Nacional) de 1920, o el sueño de restaurar las antiguas tierras otomanas. El primer paso implica ocupar Irak y Siria. Pero el plan de ocupación turco no tendrá éxito, ya que el norte de Irak y Siria son históricamente áreas de mayoría kurda. Además, en el caso de Irak, las montañas Zagros están protegidas y patrulladas por el PKK, por lo que Bagdad debería estar agradecido."

El KNK subraya que "gracias a las ideas del fundador del PKK, Abdullah Öcalan, los kurdos han alcanzado hoy un nivel de libertad que puede verse no sólo a nivel regional sino también internacional. El PKK ha proporcionado una alternativa democrática para el mundo, que actualmente está plagado de por el nacionalismo, el sexismo, el fanatismo religioso y la devastación ambiental. Ésa es una de las razones por las que hoy es imposible derrotar al PKK a nivel social, político y militar.

Está claro que el fracaso de Turquía a la hora de resolver la cuestión kurda llevará al país a la quiebra. Ankara puede democratizar su República o hacerla colapsar. Por su parte, las naciones del mundo deberían negarse a ser cómplices del rechazo de Turquía a la realidad, su creencia de que puede ‘abrirse camino’ a base de aplastar las demandas de los kurdos por sus derechos humanos inalienables. Si Occidente no deja de mimar a Erdoğan y Fidan, su ministro de guerra de facto que pretende ser un estadista diplomático, entonces Irak y Siria sufrirán más invasiones turcas, crímenes de guerra e inestabilidad. Seguramente los kurdos y otros en la región merecen algo mejor, después de todos los traumas que han sufrido".

Una mejor alternativa, señala el KNK, "es presionar a Turquía para que negocie con el PKK para resolver finalmente la cuestión kurda. Desenredar este nudo gordiano podría transformar el conflicto armado turco-kurdo de cuarenta años en un potencial proceso de paz. El líder popular Abdullah Öcalan lo demostró en 2013-2015, cuando participó en negociaciones con el Estado turco tras anunciar un alto el fuego unilateral, pero para lograr esta solución será necesario que los Estados occidentales se pronuncien contra los planes de guerra de Turquía, que podrían afectar a toda la región. El conflicto Hamás-Israel ya tiene a la región al borde del precipicio, y una ocupación turca o un intento de anexión del norte de Irak y el norte de Siria podría empujar a todos los Estados sobre el terreno: Estados Unidos, Rusia, Irán, Siria, Irak y sus vecinos árabes, al borde de una tercera guerra mundial."

El KNK agrega además que "aunque Erdoğan considera que el derecho internacional es ilegítimo, el resto de nosotros y nosotras no deberíamos hacerlo. Ocupar el territorio de un Estado soberano no puede justificarse, incluso si allí reside un grupo armado que se resiste a sus políticas genocidas. Por lo tanto, Estados Unidos, la Unión Europea, las Naciones Unidas y el Consejo de Europa deben tomar medidas inmediatas para evitar un mayor derramamiento de sangre. Dejemos que el sonido del diálogo reemplace al de las bombas explosivas".

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