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Sur a la sombra de la historia: destrucción del patrimonio cultural y borrado de la identidad

La destrucción experimentada en el distrito de Sur en Amed no es sólo física, sino también un ataque sistemático a la identidad cultural de la región.

PATRIMONIO

El antiguo distrito de Sur, en Amed, es una de las zonas de patrimonio cultural más importantes de la región, con una riqueza histórica y cultural que se remonta a miles de años. Sur, que contiene numerosas estructuras históricas pertenecientes al islam, el cristianismo y otras confesiones, tiene un gran valor no solo para la región, sino también para el mundo entero por su rico patrimonio cultural. Sur fue incluida en la Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO el 4 de julio de 2015, una confirmación de la importancia histórica y cultural de la región reconocida a nivel internacional. Sin embargo, los acontecimientos ocurridos en el distrito de Sur en los últimos años demuestran que este patrimonio único de la región está en peligro.

Demolición de estructuras históricas y deterioro del tejido social

Con sus casas tradicionales, sus estrechas calles empedradas y su cultura popular aún viva, Sur ofrece un mosaico en el que conviven pacíficamente diferentes creencias y culturas. La Gran Mezquita es venerada como el quinto Haram-i Sharif del mundo islámico, mientras que la Iglesia de la Virgen María es uno de los símbolos importantes de la fe ortodoxa siríaca. Sin embargo, los enfrentamientos que se produjeron en Sur entre 2015 y 2016 a consecuencia de la demanda de un gobierno autónomo, la respuesta bélica del Estado turco y el posterior estado de emergencia, se desarrollaron como un proceso destinado a destruir y dañar en gran medida este rico patrimonio.

Tras el estado de emergencia, las estructuras históricas de Amed y los habitantes de Sur fueron desplazados por la fuerza. Según un informe elaborado previamente por la sección de Amed del TMMOB relativo a este periodo, el proceso de demolición en Sur se aceleró inmediatamente después del levantamiento de las prohibiciones del estado de emergencia.

Tras el anuncio del Ministerio del Interior turco el 9 de marzo de 2016 de que las operaciones en Sur habían terminado, las imágenes por satélite mostraron que el proceso de demolición en Sur se había acelerado el 10 de mayo de 2016. El 16 de agosto aparecieron nuevas imágenes por satélite que indicaban que la demolición se había extendido aún más.

El 11 de julio de 2017, se identificaron nuevas zonas en las que se habían destruido estructuras mediante imágenes por satélite. El informe del TMMOB indicaba que el número de estructuras registradas que habían sido demolidas era de 47, mientras que señalaba que otras 247 estructuras dignas de registro fueron objeto de demolición. Durante este proceso, importantes estructuras como la iglesia católica armenia, la casa de Mehmet Uzun, la escuela primaria Cumhuriyet y la tumba de Zincirkıran fueron demolidas total o parcialmente. Estas demoliciones no son sólo una pérdida física, sino también un indicio del borrado de la memoria cultural e histórica de la región.

El alcance de la destrucción

Antes de la demolición de las estructuras dentro de las Murallas, las autoridades de la Junta de Protección Cultural fueron transferidas a la Dirección de Medio Ambiente y Urbanización. Este cambio dio lugar a una demolición aleatoria sin consultar a la UNESCO. Además, se determinó que las piedras históricas extraídas en la región se vendían de forma organizada y que las piedras especiales de algunas estructuras registradas se utilizaban en otras estructuras.

La venta de las piedras dio lugar a su acopio en determinadas zonas y a la obtención de importantes beneficios. Como resultado de la connivencia de funcionarios estatales, se destruyeron muchas piedras y objetos históricos. Las piedras robadas aparecieron posteriormente en distintos lugares de la ciudad. Aunque la intensa actitud municipal en Amed detuvo algunas demoliciones, la destrucción de la memoria de su pasado continuó sin descanso. Esta situación, expuesta con pruebas por la sección de Amed del TMMOB, ha llegado incluso a ser admitida por las instituciones estatales.

Construcción de nuevos edificios con arquitectura carcelaria

Tras la demolición de Sur, se adoptó una política de zonificación que ignoró por completo la identidad cultural de la región. Lo que resulta especialmente llamativo es que la arquitectura de las nuevas estructuras construidas tras la destrucción del tejido histórico se diseñó en un estilo que recuerda a la prisión de tipo E de Diyarbakır. Esta arquitectura carcelaria es totalmente contraria a la estructura original y a la historia de Sur, y no sólo destruye el tejido cultural y social de la región, sino que abre profundas heridas en la memoria de la población local como forma de castigo.

Advertencias de la UNESCO y respuesta de Turquía

La UNESCO advirtió a Turquía sobre la demolición y nueva construcción de Sur en su 45ª Sesión Ampliada celebrada en Riad, capital de Arabia Saudí, en 2023.

En la sesión de la UNESCO se afirmó que la demolición de estructuras registradas, las excavaciones arqueológicas, la reubicación de la población y la alteración del tejido social, que imposibilitaron las actividades agrícolas en los jardines de Hevsel, causaron la pérdida de valores universales excepcionales.

La UNESCO subrayó que, de conformidad con el artículo 172 de la Convención del Patrimonio Mundial, cualquier intervención que pueda afectar al Valor Universal Excepcional de la zona debe notificarse previamente a la UNESCO. El hecho de que Turquía no hubiera informado a la UNESCO sobre las obras de demolición y construcción llevadas a cabo en la zona suscitó serias críticas en el ámbito internacional. Además, la UNESCO pidió a Turquía que detuviera inmediatamente estos proyectos. Pero a pesar de este llamamiento, los trabajos concretos sobre el terreno siguen siendo insuficientes.

Ataques a la identidad cultural de Sur

El río Tigris, los jardines de Hevsel y las estructuras dentro de Sur destacan como zonas que se afectan mutuamente y también contienen problemas distintos. Mientras que los vertederos ilegales y otras destrucciones en el río Tigris alteran el equilibrio ecológico de la región, los valores universales superiores de los Jardines de Hevsel también se ven afectados negativamente.

Las nuevas estructuras construidas en Sur que no encajan con la identidad cultural y la arquitectura de la ciudad suponen el peligro de cambiar la estructura sociocultural de la región. Este cambio también conduce al deterioro de la textura de las calles y la cultura del barrio. Como consecuencia de la evacuación de seis barrios, la agricultura en Hevsel se ha vuelto imposible, mientras que la destrucción ecológica y la ocupación de tierras profundizan este proceso.

Políticas de asimilación y borrado de la identidad kurda

La destrucción experimentada en Sur no sólo se considera destrucción física, sino también un ataque sistemático a la identidad cultural de la región. Este proceso también puede interpretarse como el borrado sistemático de la identidad y la cultura kurdas. Estas políticas llevadas a cabo a través de administraciones fiduciarias usurpadoras de la voluntad popular por medio de elecciones democráticas también pretenden destruir el tejido histórico y cultural de la región. El borrado del arte, la cultura y la identidad local se está desarrollando como parte de las políticas de asimilación turcas de la región kurda.

En este contexto, a pesar de las advertencias de la UNESCO, las obras de construcción llevadas a cabo por Turquía en Sur y las políticas que destruyen la identidad cultural de la región siguen atrayendo la atención de la comunidad internacional. Mientras que el distrito Sur de Amed, como zona que alberga las huellas de civilizaciones milenarias, requiere la conservación no sólo de sus estructuras físicas, sino también de su memoria cultural e histórica, las políticas actuales de Turquía pretenden borrar la identidad histórica de la región en lugar de proteger estos valores.

La dinámica de la ciudad de Amed demuestra que Turquía tiene graves problemas en la gestión del patrimonio cultural en relación con este proceso experimentado en Sur y que la comunidad internacional debería seguir esta cuestión más de cerca. Demuestra que la UNESCO y otras organizaciones internacionales deberían tomar medidas más eficaces contra estas políticas destructivas de Turquía y que deberían hacerse más esfuerzos para garantizar la protección de las riquezas históricas y culturales de la región. De lo contrario, las riquezas culturales y religiosas que han existido en Sur y en Amed durante siglos pueden enfrentarse a una destrucción irreversible, que afecta a toda la historia de la humanidad.

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